El establecimiento Muchas Telas de la calle Fuenterrabía de Donostia celebra su aniversario. Un cumpleaños algo singular, un 10/40: 40 años desde que abrió sus puertas y una década desde que asumió sus riendas Pili Jiménez, una comerciante inquieta, con iniciativa y amante de lo que hace.

Pili Jiménez ha celebrado con clientas, amigas y conocidos este aniversario. Y lo que le queda, porque no para de dar vueltas a ideas que permitan que su comercio se renueve y crezca.

Muchas Telas nació hace 40 años de la mano de dos hermanas “con mucho gusto” pero sin vinculación al mundo de la moda y a la confección, que decidieron sumarse a la tendencia de las tiendas de “telas al peso”, en un momento en el que “todo el mundo cosía” y confeccionaba sus prensas. Elena e Isabel marcaron su impronta “viajando a Italia a comprar telas maravillosas”. 

Fallecida Isabel, y tras un cierre provisional del comercio, Elena lo volvió a abrir. Al tiempo entra en la historia Pili Jiménez, que a los 17 años ya tenía una academia de corte y confección, que llevó hasta los 33 años. 

Pasaron cosas y pasó la vida, hasta que Jiménez se puso a coser trajes de baserritarra, con tanto éxito que no le alcanzaba el tiempo. Así contactó con Elena, comprando sus telas, y tras cuatro años de colaboración en la tienda fue Pili quien asumió las riendas, sumando su conocimiento en corte y confección, pudiendo así “asesorar” y comenzar a “confeccionar hogar”.

De Elena, con quien guarda aún una gran relación, aprendió entre otras cosas “a comprar”. Con ese bagaje Jiménez comenzó su andadura en solitario, con “un gran equipo” que hoy en día hace que Muchas Telas sea un comercio que se caracteriza por su dinamismo.

Pili Jiménez ante el establecimiento que regenta Javier Colmenero

Sin parar

La nómina de iniciativas que ha ido sumando Jiménez es larga y para hacerlas posible ha apostado por hacer crecer también su local, cuyos escaparates llaman la atención dado que es uno de los aspectos a los que esta profesional del comercio de proximidad ha prestado especial atención.

Talleres para niños y niñas, que en tiempos de pandemia y con todas las medidas se seguridad necesarias consiguieron florecer; cursos para personas adultas, propuestas para dinamizar las calles... Jiménez no se conforma y sigue creciendo.

En la actualidad mantiene vivos los campamentos para los txikis en épocas vacacionales, en el último han personalizado con vistosas telas sus cuadernos, carpetas y estuches. 

Hace cuatro años puso en marcha la propuesta Costura sin Ataduras, que como su nombre indica invita a las personas participantes a adaptar las horas de aprendizaje a sus necesidades, contando con una tarjeta que con cierto número de clases que el alumnado va gastando como le conviene. El grado de conocimiento de costura no es importante, todo es adaptable.

Muchas Telas colabora con numerosos arquitectos y decoradores de interiores en la elaboración de textil de hogar. Pero en un momento dado irrumpe la magia del cine.

La magia del cine

La serie Cristóbal Balenciaga supuso el debut de Muchas Telas en el mundo del cine y la televisión. Lo que iba a ser un trabajo de poco tiempo se prolongó seis meses. “Fue maravilloso”, evoca Jiménez. “Hicimos cortinas pero también el ataúd de Cocó Chanel. Hicimos todo el atrezzo, desde cortinas a sofás, pasando por las chaquetas con las piezas sueltas que cosían las modistas, los maniquíes personalizados que usaba Balenciaga...”.

A partir de ahí, Muchas Telas ha colaborado “con un montón” de proyectos en cine y televisión, entre otras razones “porque cumplimos”, subraya su responsable. “Nos viene un proyecto tras otro y disfruto mucho porque me saca de mi rutina”, añade Jiménez.

En 40 años las cosas han cambiado mucho. “Antes la gente se confeccionaba una prenda, ahora son más quien confecciona un bolso o una cartera, una pieza del traje de baserritarra...”. “Nosotras somos súper fuertes en tejidos para trajes de baserritarras”, explica Jiménez, que sigue viajando a Italia siguiendo la estela de su predecesora Elena. “La diferencia se nota, la calidad se nota”, añade.

“La moda se sigue vendiendo, pero sobre todo el hogar, porque siendo un poco manitas la gente se atreve, por ejemplo, a tapizar una silla”, asegura. Y es que “la costura es muy adictiva”.

Incide Jiménez que lo que le gusta es “crear”. Aunque en Muchas Telas solo se confecciona “hogar” y se sigue con los cursos, cuenta con la colaboración de la diseñadora Miriam Irastorza, que una vez a la semana, y con las telas de este comercio, acude a la calle Fuenterrabía para guiar en la creación de “prendas muy especiales”.

Además, Muchas Telas colabora con numerosas personas que en las redes trabaja en costura, y realiza envíos con un toque personal, sorprendiendo a propios y extraños.

Suma y sigue. Si la gestión de Muchas Telas y el desarrollo de sus proyectos no fuera suficiente, Jiménez se involucra en la dinamización comercial, por lo que ha recibido incluso un reconocimiento del Gobierno Vasco. Lo hace siempre “con guiños a la ciudad”, organizando eventos e iniciativas vinculados con las distintas actividades y citas destacadas de Donostia, desde el Jazzaldia al Festival de Cine, las regatas o Santo Tomás aunque, reconoce, le “cuesta mucho tirar del carro”. Lo suyo, claro está, es no parar.