Telas que son tesoros. Es lo que Pili Jiménez ofrece en su proyecto La Joya del Hilo, que busca “acercar a todas las personas amantes del diseño y la costura lujosos tejidos, en edición limitada, de difícil acceso que los convierte en únicos”.
En www.lajoyadelhilo.com o acudiendo al comercio de Pili Jiménez, Muchas Telas de la calle Fuenterrabía, las personas interesadas en la costura pueden acceder a tejidos de marcas de lujo. Son, en palabras de Jiménez, “verdaderos diamantes en bruto que manos expertas convierten en auténticas joyas”.
Con este proyecto, Jiménez pretenda dar respuesta “a un nicho de mercado” que hasta la fecha no contaba “con un comercio online de referencia”, con tejidos cuya consecución es muy complicada y que “son únicos, seleccionados y comprados en origen”.
“Yo salgo mucho, viajo mucho sin esperar a que el proveedor pase por la tienda”, explica Jiménez. En estos viajes , añade, “me he encontrado con restos de grandes firmas, desde Loewe a Dior, Dolce Gabbana...”. Con estos tejidos decidió hacer una web que le sirviera para mostrar lo que le diferencia, poniendo en marcha con este fin una nueva página diferente a la de su comercio Muchas Telas.
“Hemos querido utilizar una nueva forma de comunicar. En la web no se cuenta qué tela es, de qué está hecha. Se dan los datos de anchura, calidad, etc. pero el resto es pura fantasía”, explica Jiménez. “Contamos qué nos inspira el tejido, qué nos cuenta, a qué nos recuerda”, añade. Y se aprovecha para hablar de pintores, de poesía o de cualquier otro tema que evoquen los tejidos. “No sabemos a dónde llegaremos, pero estoy muy ilusionada porque es algo diferente, señala.
Origen
Jiménez acude, principalmente en Italia, a los intermediarios que tienen acceso a las firmas de lujo. “Tienen contactos y saben, por ejemplo, que Dolce Gabbana ha acabado de hacer una partida de camisería y les quedan restos de tela que a ellos no les sirven porque no pueden hacer otra colección”, explica esta emprendedora.
Estas empresas que actúan de puente tienen “mucha capacidad de compra porque tienen mucha capacidad de venta” y son filones para Jiménez.
“Yo puedo comprar una cantidad de metros más reducida y ellos pueden comprar muchos más”, destaca esta comerciante, que subraya la importancia de “llegar en el momento correcto, cuando acaba de entrar una partida. Así me la puedo llevar”.
De ahí que haga hincapié en que estos tejidos son “exclusivos y de edición limitada”. “Si ves algo que te gusta en esta web hay que cogerlo con rapidez, porque puede que mañana ya no esté. No son grandes cantidades y no se puede pedir más porque no hay ni se va a hacer”, afirma.
Cuando estas telas se exhiben en la tienda destacan, entre otros motivos, “por su calidad”. “Normalmente están elaboradas con hilos más naturales, como la lana, la seda, el algodón... Solo el tacto ya es distinto”. La estampación en este tipo de tejidos resulta “mucho más nítida” que, por ejemplo, en un poliéster. “No critico el poliéster, que los hay de calidad y tiene sus ventajas. Un producto natural tiene la desventaja de que envejece antes, aunque el envejecimiento sea distinto. En algunos casos se arruga más fácil”.
¿Y el precio? Es imposible ofrecer los precios de estos tejidos “si los adquiriéramos directamente de fábrica”. “Las sedas que tengo en la tienda son de Italia, no tengo otras, porque la seda nacional me cuesta más que el precio final al que yo vendo la seda italiana”, puntualiza Jiménez. “Yo la seda más cara que tengo no supera los 50 euros el metro, porque puedo encontrar un resto de muy buena calidad a muy buen precio”, destaca.
Las piezas de estos tejidos de lujo que se comercializan en La Joya del Hilo son de distinto metraje. “A veces no consigo más de seis metros y si la pieza es tan pequeña ni la subo a la web y la vendo directamente en tienda. A la web la subimos cuando la pieza es de al menos seis metros”. El comprador final se lleva la cantidad que quiere “a partir de 50 centímetros”.
¿Quién compra estos tejidos tan exclusivos?. “Yo vendo mucho a la consumidora final, pero también a modistas que les cosen a sus clientas”, señala.
¿Cose la gente? “Hay un interés por coser pero no se cose como se cosía antes. Antes la gente sabía montar una manga o poner un forro. Ahora se va con prisa: empezar y acabar. Se hacen un bolso, una faldita, una camiseta sin mangas... Pero, afortunadamente, se cose y tenemos gran afluencia de público”, asegura Jiménez.
Abogando por la sostenibilidad, La Joya del Hilo da gran importancia al packaging. Los encargos se envían envueltos en una tela de gasa de algodón a modo de “empaquetado japonés”, adornado con una flor seca y en una caja de cartón reciclado.
Las primeras clientas, y durante un tiempo limitado, recibirán como agradecimiento a su primera compra un obsequio. Se han encargado pequeñas cajas con forma de diamante, el logo de La Joya del Hilo, realizadas con un filamento de trigo. En su interior se incluye una tela de gasa de algodón teñida a mano con tintes naturales. En un soporte similar a un marca páginas se explica qué es La Joya del Hilo. Al estar realizado en papel de semilla se puede plantar y esperar a que florezca.