Los gigantes siguen levantando pasiones en Donostia
Son ocho, delgados para su altura (entre 64 y 68 kilos) , pero pesados para quienes lo llevan y les hacen bailar, las personas que integran la comparsa Itzurun.
La Semana Grande donostiarra tiene unos protagonistas de altura, la Comparsa de Gigantes y Cabezudos que ya ha comenzado a llenar de alegría y color las calles y plazas de distintos barrios de la ciudad.
La comparsa salió por primera vez el domingo, día 10 de agosto a unas calles inmersas en la fiesta, y allá por donde pasan son seguidos por un más que numeroso y entusiasta público que no quiere perderse los bailes de Erromualdo, Estitxu, Eneko, Blanca, Manrique, Karmeni, Mattin y Maritxu.
Samu Muñoz es uno de los integrantes de la comparsa Itzurun que este año, por motivos diversos, no disfrutará de una semana que califica como muy especial desde el interior de estos pesados, en el literal sentido de la palabra, personajes, ya que su peso oscila entre los 64 y los 68 kilos, habiendo engordado un poco después de la última restauración de la que han sido objeto. La pareja de vizcaínos y guipuzcoanos son los “más pesados”.
Este año, como novedad, el día 15 desfilarán con un horario poco habitual, el de mañana, el día grande de las fiestas, el 15 de agosto, para acabar actuando con los castellers de Euskal Herria y Lleida a partir de las 14.00 horas en la plaza de la Constitución. Ese día, como excepción, “no salen los cabezudos, solo salen los gigantes”, que a buen seguro echarán en falta a sus fieles compañeros de fatigas.
Éxito
Por lo demás, pocas novedades. Porque “lo que funciona se mantiene”, cruzando los dedos para que, a diferencia del pasado año cuando sufrieron episodios de calor y lluvia, la meteorología acompañe.
Sí se incluye un cambio en el recorrido del día 14 por el Paseo de la Concha. Las cuatro parejas más famosas de la Aste Nagusia y los cabezudos harán el recorrido contrario al habitual, saliendo a las 18.00 horas de la plaza Alfonso XIII de El Antiguo, para dirigirse hacia la Parte Vieja.
Este año en la despedida a la Semana Grande, Agur Erraldoia, que tendrá lugar el día 16 a las 20.00 horas en la plaza Zuloaga, no se rendirá ningún homenaje, tal y como se hizo en 2024 a Iñigo Beltran.
¿Y cómo se vive la fiesta desde el interior de un gigante o un cabezudo? Pues, explica Muñoz, “de forma muy diferente”. Muñoz, que lleva desde 2015 participando en la comparsa, “no esperaba” cuando comenzó lo que le venía, “la marabunta” que se juntaba para disfrutar con ellos.
“Es una sensación muy bonita, porque disfrutas desde el otro lado lo que has disfrutado siendo pequeño, aunque de txikis les tuviera algo de miedo”, añade este integrante de Itzurun, que reconoce que, de momento, el relevo generacional está garantizado.
“Se van sumando jóvenes, pero de primeras no entran a manejar los gigantes, que tiene cierta complejidad”, explica este joven que este año disfruta como público pero que volverá, sin duda, en 2026.
Para llevar a un gigante hay que prepararse. Las 24 personas que portan los gigantes, tres por cada uno de los personajes para darse relevos, empiezan a ensayar tras Sanfermines. “No son coreografías sencillas y cada año se intenta introducir alguna nueva, si se puede. Los cabezudos también se preparan, pero empiezan más tarde porque tienen menos bailes. Son los que normalmente van a buscar a los gigantes y tiene un baile de bienvenida antes de empezar el desfile”, añade.
Los días previos a la puesta de largo, las escuelas de la calle Larramendi fueron testigo de los últimos ensayos, para todo salga según lo previsto.
No es tarea sencilla, porque cada vez que sale a la calle la comparsa Itzurun moviliza “entre 80 y 90 personas”. Cada uno de los ocho gigantes cuenta con tres porteadores, incluso cuatro, “porque la edad también pasa factura y algunas de las personas más veteranas necesitan más relevo”. Los catorce cabezudos cuentan con dos personas para que los dominen, 28. “Solo llevando a las figuras son más de 50 personas”, puntualiza Muñoz.
“Estos gigantes son especiales. Por eso necesitan más personas que los lleven que otras comparsas de Euskal Herria. Son los más altos y con mayor peso”, destaca.
Con cuidado
¿Se rompen mucho? Sí tienen desperfectos. Es el Ayuntamiento, propietario de las figuras que mima Itzurun, el que asume la reparación respondiendo a los informes de necesidades realizados por la comparsa. “Tras la Semana Grande se hace un repaso y se pasa al Ayuntamiento un informe de daños”.
El último año algunos de los personajes si han sido retocados, “porque, aunque no parezca, sufren daños”. Algo lógico si se entiende que evolucionan entre miles de personas, “tras estar encerrados muchos meses en un almacén”.
“En una Semana Grande puede pasar de todo, tanto a gigantes como a cabezudos. Pueden recibir un golpe, caerse etc. Yo, con la cabeza de cabezudo puesta, me he caído varias veces”, recuerda Muñoz. Además, con los años “el material pierde resistencia y se desgasta”.
Una vez comienza la fiesta, Itzurun la vive a tope, tras el pistoletazo de salida que supone de la comida casi de preparación que se celebró el viernes, día 8 de agosto.
De este modo se animan para gozar de unos días en los que, entre otras cosas, tendrán que prepararse para recibir el importante número de chupetes que los niños y las niñas les entregan como muestra de que van haciéndose mayores. “Los tenemos todos guardados. No nos han pedido que les devolvamos ninguno”, destaca Muñoz.
Esta costumbre fue incorporándose poco a poco a los hábitos de quienes acudían a disfrutar de la comparsa. “De repente se dio un boom cuando a los gigantes y cabezudos se les dio la oportunidad de participar en El Artillero. Y cuanto más notoriedad ha ido tomando la comparsa, más cantera hemos sumado y más chupetes nos han dado”.
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