Poco queda ya de lo que fue El Infierno, ruinas y unos edificios que permanecen en pie a la espera de que sea retirada la uralita para acometer su derribo. Quedan solo recuerdos.
El miércoles ya se procedió al derribo del que fue un edificio de viviendas hasta hace poco, tras lograr que fuera desocupado de forma pacífica, y en el que no se debe llevar a cabo el proceso de desamiantado.
Cascotes, utensilios de cocina, bolsos, ropa... huellas del pasado más reciente de una zona que fue degradándose de forma paulatina y que en un futuro cercano acogerá 540 viviendas, la mitad de protección oficial.
La historia de la transformación de El Infierno ha sido larga. Lo recordaba hoy el alcalde de Donostia, Eneko Goia. “Las primeras previsiones de desarrollo en este ámbito datan de hace más de 40 años. Hoy podemos decir que la operación de El Infierno ha comenzado”, ha declarado.
El miércoles comenzaron los primeros trabajos del remate de una operación con distintas etapas. Una vez finalice la retirada de la uralita, aplicando el protocolo de seguridad necesario, se dará continuidad a los derribos, aproximadamente dentro de diez días.
Acabados éstos, en pocas semanas, se iniciará la construcción de las 540 viviendas, para lo que la Junta de Gobierno local debe dar luz verde al acuerdo de reparcelación, trámite que se superará la semana próxima o la siguiente.
Goia agradeció el esfuerzo llevado a cabo por la UTE promotora de la operación, compuesta por Amenabar y Altuna y Uría, para que este nuevo desarrollo vaya tomando cuerpo.
Más de un millar de viviendas en marcha
1.300 viviendas En su visita a las obras de El Infierno el alcalde de Donostia ha recordado que en 2025 se activarán en la ciudad más de 1.000 viviendas.
A las 540 de El Infierno, que previsiblemente estarán acabadas en 2027, hay que sumar las 264 de Ciudad Jardín, ya en un punto más avanzado del proceso, y las 248 en la operación Añorgako Geltokia, que también ha echado a andar.
Asimismo está previsto que a lo largo de este año se desbloquee el desarrollo de Illarra, con 260 viviendas; y el de Igara, “que está cerca de ser iniciado”.
“Para finales de este año vamos a tener en construcción, y no sobre el papel, alrededor de 1.300 viviendas”, de las que aproximadamente el 50% son de protección pública, ha subrayado Goia, que no quiso olvidar el proyecto más potente en materia de vivienda de la ciudad, el de Cuarteles de Loiola, que poco a poco va despejando su futuro, o la segunda fase de Txomin Enea.
Una prioridad
El primer edil donostiarra ha asegurado que el Ayuntamiento “está trabajando intensamente” para sacar adelante distintos desarrollos “importantes para la ciudad”.
“Estamos en disposición de decir que en los próximos años, en esta legislatura, comenzarán a construirse en torno a 3.000 viviendas de distinta tipología”, ha añadido Goia, cifra en las que no contabiliza las 1.700 de Cuarteles de Loiola.
“Ya expresamos que la vivienda es nuestra prioridad para esta legislatura. Lo estamos demostrando con hechos, no solo con palabras”, ha abundado el alcalde de Donostia.
“Hoy es un día importante, porque con las excavadoras delante, vemos que este desarrollo ya echa andar y le seguirán otros”, ha concluido.