El barco hallado el pasado 4 de septiembre en la playa de Ondarreta de Donostia es un pecio medieval de mediados del siglo XV, de 14 metros de eslora, que transportaba mineral de hierro y cuyo recorrido probablemente fuese el Golfo de Bizkaia. Mientras continúan los trabajos de investigación, la embarcación permanecerá en la playa, salvo que la fuerza de la corriente en invierno ponga en riesgo su conservación.
Así lo han dado a conocer este miércoles la diputada de Cultura, Goizane Álvarez, y la arqueóloga del Servicio foral de Patrimonio de la Diputación, Mertxe Urteaga, quienes han explicado que la embarcación es contemporánea al barco hallado en Newport (Gales) en el año 2002 y de 30 metros de eslora. "Hay que tener en cuenta que el siglo XV fue el gran siglo de la historia de Gipuzkoa, por lo que el Golfo de Bizkaia estaba sembrado de barcos de este tipo, aunque casi no quedan evidencias de ello", ha apuntado la arqueóloga.
Gracias al trabajo "casi artesanal" que han tenido que realizar durante seis días aprovechando las mareas bajas, el equipo de investigadores han podido determinar que el barco es un velero con un diseño naval de gran agilidad, que combinaría el uso de la vela con los remos y que se habría construido a tingladillo, una técnica antigua que permitiría la utilización de una menor cantidad de madera solapando una tabla sobre otra y construyendo posteriormente la estructura del barco.
El uso de esta técnica es la que determina el periodo medieval del barco, del que se conservan varios anillos interiores que sitúan la fecha exacta del barco en torno al año 1450. "Está ajustado a la cronología medieval y es el último episodio antes de la construcción de los grandes galeones para rutas transoceánicas", ha explicado Urteaga, al tiempo que ha apuntado que el recorrido habitual del barco seguramente fuese por el Cantábrico. "Podría realizar una ruta de transporte desde Burdeos hasta aquí perfectamente, pero, para ello, tenemos que analizar el material que llevaba", ha indicado.
Por el momento, los arqueólogos han dado con restos de mineral de hierro en el fondo de la bodega, lo que no descarta que el barco se dedicase a transportar otros materiales para su venta como, por ejemplo, vinos o tejidos.
Permanecerá en el arenal
Para llevar a cabo esta investigación, el barco ha tenido que ser protegido rellenando los huecos dejados por el agua con sacos de arena. Mientras la marea lo permita, las pruebas arqueológicas continuarán en la misma playa de Ondarreta, ya que no se contempla la extracción del barco.
Según ha explicado Urteaga, la fuerza de la corriente de los últimos meses habría retirado una gran cantidad de arena, lo que habría llevado a la aparición del navío. No obstante, tras siglos bajo el mar, la madera se encontraría saturada de agua, lo que pondría en peligro su conservación en caso de querer extraerlo. "Es algo muy complicado de tratar porque hay que utilizar resina artificial. Es muy costoso y encima no hay garantías", ha señalado la experta. Por ello, el barco permanecerá en el arenal, salvo que la fuerza de la corriente regrese con fuerza este invierno y ponga en peligro su conservación.