Solórzano está ya jubilado de su carrera en activo como enfermero, pero sigue incansable en su investigación y buceo por todos los documentos a su alcance en torno a temas vinculados con la enfermería y la medicina, sus profesionales e instalaciones.

No tiene miedo a sumergirse entre papeles para salvar del olvido documentos y, sobre todo, imágenes relacionadas con su profesión.

“Con La Gota de Leche he recogido todo lo que he encontrado”, reconoce, incluso los planos de los edificios.

Este libro es un eslabón más de la cadena de trabajos que hace ya décadas Solórzano comenzó a elaborar y a publicar a través de distintas vías hace décadas. La lista es larga y comienza en 1999, con el libro Historia y antecedentes del Hospital Amara, al que siguieron Tamborrada de Kondarrak; Dispensario médico de Santa Isabel; Apuntes históricos de Gipuzkoa: Practicantes, matronas y enfermeras, 1904-2004; 50 años del Hospital Donostia, en cuya elaboración colaboró; Tratado de Enfermería Oftalmológica; Hospital Civil de San Antonio Abad; Ibon Casas: la lucha cotidiana contra la retinosis pigmentaria, Centenario del Colegio de Enfermería de Santa Cruz de Tenerife; Clínica Nuestra Señora de las Mercedes; El Hospital del Tórax de San Sebastián y las Hermanas Mercenarias y las Maternidades de San Sebastián, además de este último La Gota de Leche de San Sebastián y su reglamento.

Un mapa interactivo

Su sueño inmediato sería poder poner al acceso de quienes se hallen interesados un mapa de Donostia con los distintos recursos hospitalarios y sanitarios que existen y han existido para, pinchando sobre cada uno de ellos, tener acceso al material fotográfico existente. 

Manola Solórzano ha recopilado numeroso material documental y gráfico vinculado a la enfermería y la sanidad

Quien escriba el nombre de Solórzano en la wikipedia lo encontrará. El que es Insignia de Oro de la Sociedad Española de Enfermería Oftalmológica y del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa, Premio a la Difusión y Comunicación Enfermera del Colegio de Enfermería de Gipuzkoa, además de miembro de Eusko Ikaskuntza y Académico de número de la Academia de Ciencias de Enfermería de Bizkaia, entre otros reconocimientos, quiere seguir sin pausa pero sin prisa divulgando las bondades, las dificultades y la historia de una profesión que ama profundamente.

Pocos hombres enfermeros

Cuando pocos hombres se decantaban por la carrera de enfermería, fueron cuatro en su promoción, Solórzano se decidió a dar este paso y sigue orgulloso de esta decisión.

Y como no tiene ninguna gana de parar, Solórzano prevé editar para fin de año el primer volumen de Clínicas donostiarras, ya que considera que cuenta con el material suficiente para poder cerrar varios volúmenes. “Quiero rescatar todas las fotografías que pueda”, destaca Solórzano.