Cayetano Martínez de Irujo, propietario de la finca de Arbaizenea, presentó a mediados del pasado mes de enero una solicitud de licencia para restaurante en Arbaizenea. La solicitud no persigue crear un restaurante físico en el lugar sino ofrecer un servicio de restauración, por medio de catering, en las carpas habilitadas en la zona ajardinada de la finca, en determinados eventos que proyecta el aristócrata.

La petición está siendo analizada actualmente por los servicios técnicos del Ayuntamiento de Donostia, que aún no han respondido. Mientras, el hijo de la Duquesa de Alba ha mantenido conversaciones con el alcalde, Eneko Goia, para abrir la finca al público y al Ayuntamiento con nuevos usos, como adelantó NOTICIAS DE GIPUZKOA.

Dentro de las novedades planeadas por el titular de la finca, se encuentran los actos con comidas o cenas incluidas, que necesitan nuevos permisos municipales.

Actualmente, el edificio ofrece servicio de catering en las bodas privadas que se celebran en el lugar, una actividad que se podría ampliar si avanzan los planes para abrir al público en determinados eventos la finca heredada por Cayetano Martínez de Irujo de su madre, la Duquesa de Alba, que pasaba largas temporadas en la mansión donostiarra.

La petición de licencia se encuentra actualmente en periodo de información pública al objeto de que los interesados puedan presentar alegaciones.

Los nuevos planes barajados para el lugar consisten en celebrar pequeños congresos, reuniones protocolarias, almuerzos con personalidades o invitados y actividades ciudadanas organizadas por el propio Ayuntamiento en Arbaizenea, un terreno de dos hectáreas con cuidados jardines, un palacete, un pabellón y una pista de tenis.

La villa de Arbaizenea fue edificada en 1881 por el abuelo del primer marido de Cayetana de Alba, Luis Martínez de Irujo, en estilo cottage, el mismo que el palacio de Miramar. La fachada rojiza y la hiedra son características del palacete de varias plantas. Con anterioridad, el terreno de Aiete acogía un caserío junto a un bosque de robles. Es, pues, una de las construcciones más antiguas de Aiete, y nunca ha quedado abandonada.

Su anterior dueña, Cayetana Fitz-James, duquesa de Alba, pasó numerosas temporadas en su mansión y hace 40 años, en 1984, fue propuesta por el Centro de Atracción y Turismo (CAT) para recibir el Tambor de Oro. Sin embargo, el Pleno del Ayuntamiento no aceptó la iniciativa y el galardón quedó desierto.