ADSIS Fundazioa recibió recientemente el II Premio del Consejo Social de Donostia por una iniciativa de trabajo en común en el barrio de Bidebieta, una propuesta que aúna a las personas mayores (usuarias de la Asociación de Jubiladas y Jubilados Guardaplata), con los y las jóvenes que se forman en el centro ADSIS en Kontadores. Este ingente trabajo también ha sido reconocido con la Medalla al Mérito Ciudadano.

Isabel Vaquero, responsable de la unidad de ADSI de Donostia, tiene muy claro que la experiencia resultó muy enriquecedora para todas las partes. “Los mayores descubrieron a estos jóvenes que quizá tenían cierto estigma en el barrio, y los jóvenes han estado con los mayores, han aprendido y han disfrutado y se han reído en su compañía”.

En adelante, ADSIS Fundazioa tiene previsto seguir trabajando con diversos agentes sociales de Bidebieta para construir barrio, para que los jóvenes participen en su actividad y sus habitantes puedan despedirse de estereotipos que marcan la convivencia con los y las jóvenes que se forman en el centro.

Los reconocimientos recibidos son, asegura Vaquero, muy importantes para ADSIS, ya que contribuye a visibilizar el trabajo que realiza por la inclusión.

A la hora de premiar el proyecto realizado por ADSIS en Guardaplata, el jurado en el caso del Consejo Social destacó “su valor transformador, que mediante el objetivo de arreglar un espacio sin grandes medios, permite generar un vínculo entre jóvenes en riesgo de exclusión y las personas mayores del barrio”.

Esta es una iniciativa más de ADSIS Fundazioa, que lleva trabajando en Donostia más de cuatro décadas por la inserción social. “Una herramienta que utilizamos para la inserción social es la formación”, recuerda Vaquero.

Hasta Kontadores llegan jóvenes que “no han terminado la ESO”. Es equiparable a lo que hace años eran los “CIP, los Centros de Iniciación Profesional”. En la actualidad, el de Bidebieta es un “centro de Formación Profesional Básica”, con cerca de un centenar de alumnos de nacionalidades muy diversas y situaciones vitales también muy diferentes.

“Hay jóvenes que llegan al centro después de dormir en la calle y tratamos casi más con educadores y educadoras, ya que hay muchos jóvenes de centros tutelados, que con madres y padres”, añade Vaquero.

Jóvenes trabajando en Guardaplata N.G.

Además de la Formación Profesional Básica, en Bidebieta se imparte el Programa de Escolarización Complementaria. “Aquí vienen chavales que no han sacado la ESO, otras y otros que con 14 y 15 años no pueden iniciar la Formación Profesional Básica porque no quieren estar en los institutos ni los institutos saben qué hacer con ellas y ellos”.

El barrio de Bidebieta, apunta Vaquero, veía a estos jóvenes como “problemáticos”. “Nosotros no los vemos como problemáticos, sino como chavales con problemas”, subraya la responsable de ADSIS en Donostia.

Para conseguir tender puentes entre el entorno más próximo y el barrio, hace un tiempo se activó el programa Munduko Auzoekin, un proyecto de cooperación en el que se trabajó con un asociación de Perú, “que nos enseñó cómo trabajaban en el barrio”.

A raíz de esta experiencia de intercambio, poco a poco, desde ADSIS y en comunión con distintos agentes del barrio se comenzaron a realizar distintas intervenciones, como el arreglo de algunas jardineras, etc.

Ese fue el inicio de la relación con distintos agentes de Bidebieta, entre los que estaba el Hogar de Guardaplata. “Tenían unos bancos que les habían dado y que estaban hechos polvo. Además tenían una zona que no podían utilizar porque estaba llena de hierba. Hablamos con ellos para poder ayudarnos unos a otros y hacer distintas reformas”, explica Vaquero.

Todos los jóvenes de ADSIS tomaron parte en este proyecto, los del área de metal y calderería, de electricidad y electrónica e, incluso, los de cocina y restauración, que se encargaron de preparar un lunch cuando llegó a su fin.

Además, se sumaron los participantes en el Programa de Escolarización Complementaria, en el que se incluyen jóvenes “que están matriculados en otros centros pero que, realmente, vienen aquí”.

“Somos una escuela de segunda oportunidad y de tercera. Somos centros que trabajamos de otra manera para brindarles a estos chavales una segunda oportunidad, ya que en el camino habitual no les ha ido bien. No pasa nada, hay que trabajar otras metodologías porque no hay que dar por terminado el camino”, señala Vaquero.

Resultado "espectacular"

El resultado de la experiencia con el Hogar de Mayores fue “espectacular”, y se puede observar en el entorno de Guardaplata. “Queríamos trabajar distintas facetas, entre ellas la reutilización y el reciclaje”, apunta Vaquero, que destaca la relación establecida entre las y los jóvenes y las personas usuarias de Guardaplata “Fue fantástica, conectaron con las cosas en común que tenían. Siguen trabajando y haciendo cosas de forma conjunta”.

Jóvenes y mayores posan tras finalizar la primera experiencia en común N.G.

Otra faceta que se ha querido fomentar es la de la “auzolana”, algo que “antes era muy importante, pero que se está perdiendo, ese trabajo en común en el barrio, en el pueblo”.

Jóvenes llegados de países muy diversos colaboraron en la reforma de la caja para jugar a la toka o la rana, juegos que desconocían pero que se atrevieron a probar, incluso, con piques con los mayores.

“El proyecto ha resultado muy interesante, porque se ha trabajado a nivel intergeneracional, en comunidad, y porque ha servido para acercar culturas”, destaca Vaquero.

En algunos casos el vínculo generado ha ido más allá de la experiencia en el centro. “Hay una chica de un hogar tutelado, aquí muchos de los jóvenes viven en centros tutelados, que con solo 16 años ha establecido una relación tan estrecha con una de las usuarias de Guardaplata que está aprendiendo a coser a máquina con ella”. “Han encontrado a veces el cariño de unos aitonas y unas amonas que no tienen”, destaca.

A futuro, a través de la red Erlauntza de trabajo interno en Bidebieta y de otras vías propiciadas por el Ayuntamiento, el objetivo es continuar impulsando acciones en las que las y los jóvenes de ADSIS contribuyan a crear y mejorar el barrio.

De momento, se ha cursado la invitación para realizar una visita al centro con el fin de que los vecinos de Bidebieta lo conozcan y se acerquen a su funcionamiento.

En el centro de Kontadores, además de formación, se brinda ayuda a los jóvenes por distintas vías. “Tenemos voluntariado para ayudar con el refuerzo de castellano cuando hace falta, también se ayuda en la complementación de trámites y hay una persona que da apoyo psicológico”, explica la responsable del centro.

“En algunos casos les damos alguna comida, porque hay chavales que son mayores de 18 años y extranjeros que vienen aquí en situación de calle. Les orientamos para conseguir ayudas”, abunda.

Además, la parte formativa facilita su inserción laboral. “Algunos de los que terminan el segundo curso se animan a hacer el grado medio. Nosotros les animamos a hacerlo cuando pueden. A otros les es imposible porque tienen que buscarse la vida”.

Y se la buscan. Recientemente un exalumno, que reconoció que era “un bala”, contactó con el centro para pedir un estudiante que se incorporara a la plantilla de su empresa para realizar prácticas y, en el caso de funcionar, seguir en plantilla.

ADSIS sigue trabajando con la idea de proponer “acciones y transversales” y fomentar la “educación en valores” para que las puertas no se cierren antes de abrirse.