La campaña navideña ha sido, históricamente, más que importante, fundamental para el comercio. También en Donostia.

Con el paso del tiempo, los hábitos de compra han cambiado, Internet ha irrumpido con su oferta sin fronteras hasta nuestros hogares, y las grandes marcas ocupan los locales más céntricos y de mayor atractivo de las ciudades.

NOTICIAS DE GIPUZKOA ha querido volver a testar el peso de esta campaña en la actividad del comercio de proximidad, hablando con comercios de distintos barrios y con la Federación Mercantil de Gipuzkoa-Gipuzkoa Merkatariak (FMG).

La FMG traslada que pese a que “esta Campaña de Navidad se produce en un momento de incertidumbre debido a la situación económica que vivimos”, motivado por la inflación, la ralentización del consumo y “una menor capacidad de compra de los/as consumidores/as”, el comercio de Gipuzkoa, y más en concreto el de Donostia, espera estas fechas “con ilusión”, confiando lograr “cierta recuperación en las ventas”.

Lo que el comercio de proximidad espera en estas fechas es “poder revertir la línea descendente que venimos sufriendo”.

Esta campaña, insisten desde la FMG, se constituye como “un momento crucial para que los comercios incrementemos nuestras ventas y consolidemos la relación con nuestros clientes y nuestras clientas”, ya que en muchos casos la de Navidad es una campaña que logra aglutinar el 20% de las ventas del comercio de proximidad.

Pese a que una campaña no puede llegar a “paliar las pérdidas del año”, sí supone un importante “balón de oxígeno” que permite “seguir manteniendo plantillas e, incluso reforzarlas para esta Campaña y la siguiente, con la llegada de las rebajas”.

Desde la FMG se reconoce que “tanto las compras online como las realizadas en grandes superficies suponen una complicada competencia para el comercio de proximidad”, ya que “el canal online experimenta una creciente importancia en ventas en esta temporada”.

“No nos cansaremos de recordar a nuestros clientes y nuestras clientas la importancia de apostar por el comercio local, por nuestros barrios, por nuestras gentes, para mantener vivos nuestros municipios y nuestra economía”, insistieron desde la FMG que, por su parte, se reafirma en su compromiso de proponer “lo que mejor sabemos hacer: ofrecer servicios de calidad, una amplia y variada oferta comercial, cercanía, un trato personal y una cuidada atención al cliente”.

Ixiar Prieto, en el interior de Zugasti Jantziak, en el barrio de Altza Iker Azurmendi

Ixiar Prieto (Zugasti Jantziak. Altza)

Ixiar Prieto lleva las riendas de Zugazti Jantziak, en Altza. Para su negocio, pese a los cambios en los hábitos de compra, la campaña de Navidad supone el 20% del total de las ventas anuales, o al menos esos son los datos que baraja respecto a la campaña del pasado año.

Según ha observado, más allá de la competencia de las compras por Internet o las grandes superficies, la de Navidad es una campaña que “se ha desvirtuado por todo, pero incluso nosotros, el comercio, hemos contribuido a ello”.

“No sé si sabemos vender en esta época sin bonos u otras promociones. Digo ésto y a la vez lo contrario, porque es verdad que los bonos funcionan de maravilla. Pero, me pregunto, ¿qué pasará si desaparecen? ¿nos van a poder apoyar las instituciones siempre del mismo modo?”, reflexiona Prieto.

Pone un ejemplo de lo complicado de la gestión de estos bonos. “El Bono Euskadi la gente ya lo conoce. Se supone que es del 8 de noviembre al 8 de diciembre. Pues a nosotros se nos agotó en un día. Ese día trabajas mucho, pero los días previos no se vende un pimiento porque la gente espera. Yo estoy encantada con los bonos, pero no sé qué pasará cuando no los tengamos”, reflexiona Prieto.

A su entender, aunque siempre ha tenido su comercio en el barrio y no puede hacer comparaciones con establecimientos más céntricos, éstas son unas fechas “buenas” para las tiendas de los barrios donostiarras. “La gente busca más cercanía, que le atiendan, que pueda cambiar lo comprado con facilidad... No sé si vendemos más o menos que otros, pero sí notamos más diferencia de lo que se puede notar en Centro. En rebajas funcionan mejor ellos, pero no sé yo en Navidad”.

Respecto a la clientela más joven Ixiar Prieto tiene claro que la opción principal es Internet. “Incluso mi hija se guía de lo que pongo en Instagram para elegir lo que quiere de la tienda”, abunda. “Si no lo ven en Instagram no se lo compran, ni en el pequeño comercio ni en las grandes cadenas. Primero miran en Internet”, constata Prieto, que sitúa ahí el principal reto del comercio de proximidad. 

Blanca Alejos, en el escaparate de Blanca Hogar, en la avenida de Sancho el Sabio Ruben Plaza

Blanca Alejos (Blanca Hogar. Amara)

Blanca Alejos es la titular de Blanca Hogar, comercio situado en la avenida de Sancho el Sabio, en Amara. Para Alejos la campaña de Navidad sigue siendo “importante, pero ha perdido. De lo que era antes a lo que es ahora ha cambiado mucho. En mi sector, antes se regalaba más las sábanas, juegos de toallas y albornoces. Ahora ha cambiado. Pese a todo sigue siendo importante”.

Los hábitos de compra, asegura Alejos, son diferentes. “Han cambiado los tipos de regalos. Ahora se opta más por la tecnología o esos vales por estancias en algún lugar”, abunda.

Las compras por Internet se notan. “Ahora no tenemos tiempo y en casa, a la noche y relajada, compras lo que quieres y te lo traen a la puerta”. “El tipo de venta y cómo se vende ha cambiado”, subraya. Pese a todo, destacan sigue habiendo público que “prefiere ver y tocar”.

Que el comercio esté situado en un barrio, por la clientela que tiene Blanca Hogar, “ya de cierta edad y a la que no le apetece tanto desplazarse”, le resulta favorable. “Es un público al que le es más cómodo venir aquí, llevar, probar, cambiar...”, constata. “Creo que, en términos generales, hay un público más fiel en un barrio, aunque influye el rango de edad”, añade.

Por este motivo, Alejos reconoce que hace “muy poco uso” de las herramientas que le brinda Internet para vender y promocionar sus productos. “Yo estoy sola y durante el día no le puedo dedicar tiempo. Tendría que ser al cerrar el negocio y la verdad es que no lo hago”, concluye.

Adolfo López, rodeado de volúmenes en la librería Zubieta Ruben Plaza

Adolfo López (Librería Zubieta. Centro)

Adolfo López es el propietario de la librería Zubieta, además de ser el presidente del Gremio de Libreros de Gipuzkoa. López se muestra optimista, ya que ha constatado que la pandemia favoreció la recuperación del hábito de la lectura y estas navidades la tendencia se mantiene.

“El regalo del libro siempre ha sido fácil. Es un regalo de esos de quedar bien y es barato comparando con otros regalos, como los tecnológicos”, destaca.

La pandemia ayudó a que la gente “se reenganchara a la lectura” y en la actualidad, redunda, “seguimos vendiendo más que antes de la pandemia”. “La gente sigue leyendo y regalando libros, sobre todo a los txikis”, insiste.

El público sigue acudiendo a las librerías porque recibe ayuda. “La gente viene y el librero o la librera le ayuda a filtrar según lo que nos cuentan de la persona que va a recibir el regalo. Es el poder de la recomendación el que ponemos en valor”, insiste López, que hace referencia al concepto de “experiencia de compra”.

¿Y la gente joven? “En el gremio teníamos miedo de lo que iba a pasar con las nuevas generaciones y, en general, el aliado más útil está siendo Internet y Tik Tok, porque hay un montón de recomendadores de libros, foros, el Wattpad ( plataforma online de lectura y escritura), gentes en Internet que comparten y recomiendan libros físicos”, explica. “Estamos muy contentos por que ha subido el índice de lectura y venta del libro juvenil. Las novelas románticas para los jóvenes o el Manga están funcionando como un tiro. Eso no se lee en digital ”, incide López, que destaca el efecto del Bono Cultura que se va consumiendo a lo largo del mes. “Ahora se regala mucho en Navidad, antes era en Reyes, y notamos ya mucho movimiento”.

¿Lo más vendido? “Pese a las críticas se esta vendiendo mucho el premio Planeta de Sonsoles Ónega, Marta Jiménez y, en euskera, el último libro de Karmele Jaio o Patxi Zubizarreta, por ejemplo”.