La Aste Nagusia de Donostia es sinónimo de ambiente, fiesta y teléfonos, muchos teléfonos móviles. No hay más que echar un vistazo a la gente que camina estos días por las calles del Centro de la ciudad. La navaja suiza del siglo XXI, tecnológicamente hablando, compite seriamente con el programa festivo. Sirve de cámara de fotos para hacerse un selfi en pareja, para sustituir el envío de una postal fotografiando cualquier rincón de la ciudad, para practicar el postureo en las redes sociales, cómo no, pero también para consultar el programa festivo o usar el GPS como callejero que permita llegar puntual a cada evento. Sin embargo, no son pocas las veces que el teléfono nos incomunica con quien está al lado y hasta nos hace perdernos ese momento único que teníamos delante de las narices cuando estábamos con la cabeza gacha atrapados por su pantalla.

Movilizados

Movilizados

Movilizados