La Parte Vieja ya está preparada para recibir la fibra óptica después de que se hayan dado por finalizados durante este mes de julio los trabajos que se han realizado para introducir los conductos que acogerán la instalación de los modernos cables de telecomunicaciones. Serán ahora los operadores los que harán posible que la velocidad de Internet en el barrio donostiarra mejore.
Las obras para posibilitar la red de fibra óptica a los portales de los edificios comenzaron a finales de octubre del año pasado y su coste total asciende a 777.020 euros. De ellos, más de la mitad, en concreto 400.000 euros, han sido aportados por los Fondos Next europeos.
Se ha dado servicio “a la práctica totalidad” de los edificios de la Parte Vieja, “a excepción de casos muy puntuales de inmuebles que no han requerido tal intervención, bien por tenerla ya ejecutada, bien por haberse negado a su ejecución”, según indican desde el Ayuntamiento de Donostia.
Dicha obra es la que va a permitir que los inmuebles de la Parte Vieja puedan acceder a la red de fibra de última generación en fechas próximas. De hecho, los operadores ya han empezado a efectuar trabajos de despliegue de la red, tanto por las canalizaciones municipales y ejecutadas existentes, como por el interior de las comunidades. Una vez finalice el despliegue de la red, informarán a los vecinos para que cada cual contrate la fibra óptica con la compañía que desee. Dicho con otras palabras, la red está preparada para que los operadores metan los cables de la compañía deseada y dejen de usar los viejos cables de cobre.
Conjunto monumental
La Parte Vieja es el último barrio de Donostia en recibir la fibra óptica, lo que ha motivado no pocas reclamaciones de los negocios y particulares del barrio por la lentitud de la conexión. El motivo del retraso es que la Parte Vieja está declarada Conjunto Monumental y el actual Plan Especial impide que el cableado sea desplegado por las fachadas y se vea desde el exterior. Por tanto, la fibra óptica debe pasar del subsuelo de las calles al interior del portal y de las viviendas.
Allí donde ha sido imposible, porque no existían redes municipales subterráneas por las que pasar los nuevos conductos, se ha trabajado desde edificios contiguos, por los patios u otros espacios.
La protección estética del barrio “ha complicado la tramitación y la solución técnica por cuanto era imprescindible conjugar las obras con los requisitos exigidos desde el punto de vista patrimonial”, señala al respecto la delegada de Urbanismo del Consistorio donostiarra, Nekane Arzallus. Por ello, a mediados de 2021 el Ayuntamiento encargó un estudio para conocer el impacto que supondría esta intervención en el barrio, y pasar de la red de cobre a la de fibra óptica.
La instalación de esta infraestructura “ha sido una prioridad para el Ayuntamiento por cuanto es imprescindible para dotar a todo un barrio de la conectividad a la red que se requiere tanto en los hogares como en los negocios”, añade Arzallus.
El muelle
Las casas del paseo del Muelle son las únicas que, por el momento, se quedarán sin fibra. El Ayuntamiento y las operadoras siguen trabajando en buscar una solución para poder llegar también a los edificios situados en el muelle, donde no hay una acometida municipal que utilizar para poder instalar las canalizaciones necesarias para llevar la fibra óptica hasta allí.