El Ayuntamiento de Donostia ha adjudicado los primeros contratos para la puesta en marcha de una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en la ciudad, un paso adelante para cumplir con los requerimientos de la Unión Europea para las ciudades de más de 50.000 habitantes. El sistema de aparatos debe estar en marcha ineludiblemente a finales del presente año, ya que la financiación aportada por los fondos Next así lo exige.

En principio, el Ayuntamiento prevé la instalación de 31 puntos de control automático de acceso de los vehículos, aunque la cifra puede variar en función del perímetro exacto de la futura ZBE, aún por determinar.

En concreto, el Consistorio ha encargado a IP21 Ingeniería de Proyectos la dirección facultativa y consultoría de calidad para la implantación, puesta en marcha, operación y mantenimiento del sistema integral para la creación de la ZBE por 102.540 euros, sin IVA. 

También ha adjudicado a la UTE ZBE Donostia el segundo lote del contrato de suministro, puesta en marcha, operación y mantenimiento integral de la tecnología necesaria (cámaras, lectores de matrículas y medidores de emisiones a la atmósfera, entre otras herramientas) para el control de la zona de circulación limitada. El primer lote de estos suministros quedó desierto, por lo que se inició un nuevo concurso.

Los distintos concursos fueron convocados el pasado mes de marzo y entonces, el alcalde, Eneko Goia, explicó que el perímetro exacto de la ZBE estaba relacionado con que “deben existir indicadores que lo justifiquen”. Por ello podría haber “ajustes” respecto a lo anunciado, que preveía crear una primera ZBE en la zona comprendida entre el Boulevard, el río, la calle Easo y La Concha.

Cuál es el área concreta afectada por las restricciones a vehículos no residentes es una de las decisiones que debe adoptar el Ayuntamiento.

Desde el pasado mes de enero, días después de que se aprobara el decreto estatal que regula la obligatoria creación de las Zonas de Bajas Emisiones para las ciudades de más de 50.000 habitantes, el Ayuntamiento se puso manos a la obra para llevar adelante las distintas tareas necesarias para cumplir con el objetivo.

Para empezar, explican fuentes el gobierno municipal, representantes de los departamentos de Medio Ambiente, Movilidad y secretaría jurídica se reúnen cada semana o quince días para avanzar en las cuestiones que permitirán hacer realidad la primera Zona de Bajas Emisiones de Donostia. La concreción de los límites de este espacio es solo uno de los trabajos pendientes, explican las mismas fuentes, que recalcan que también es necesario elaborar un Plan de Movilidad Urbana Sostenible y una nueva Ordenanza de Movilidad, en la que quedará concretado qué vehículos pueden acceder y en qué circunstancias, a la ZBE.

“La implementación de la zona será gradual”, recalcan las mismas fuentes, que añaden que podrían llevarse a cabo las primeras actuaciones en otoño-invierno. 

Otro asunto, no menor, que debe cuidar el Ayuntamiento a la hora de implantar la zona de acceso restringido es el aspecto legal. Especialmente, porque en otras ciudades, como Barcelona, la ordenanza ha tenido que ser modificada tras ser anulada por los tribunales.

En concreto, la normativa aprobada por el Ayuntamiento de Barcelona fue anulada hace un año por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, que emitió seis sentencias en respuesta a recursos de entidades ciudadanas.

Aunque el Consistorio barcelonés recurrió al Tribunal Supremo para defender su normativa, ha ido elaborando otra en la que trata de evitar los problemas que llevaron a su anulación, relacionados con las limitaciones a los titulares de vehículos afectados, la delimitación territorial de la ZBE y los datos de contaminación utilizados, entre otras cuestiones. La nueva norma entró en vigor en febrero.

Por otra parte, la Zona de Bajas Emisiones de Donostia, se suma a un plan de peatonalizaciones previsto en el plan Datorren Donostia, presentado a finales de 2021.  

El documento contemplaba, para más adelante, crear nuevas zonas sin coches entre el túnel de Ondarreta y los jardines cercanos unidos al paseo playero; la unión del parque de Araba con el de Menchu Gal; y retirar el tráfico entre el paseo de los Fueros y el río Urumea. Parte de la calle Hernani, Camino y Andia podrían quedarse también sin tráfico así como José María Soroa y la parte final de la Zurriola, según el plan.