La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Donostia ha aprobado este martes los concursos para la puesta en marcha de una Zona de Bajas Emisiones (ZBE), tal y como prevé el plan Datorren Donostia, que podrá comenzar así su periodo de pruebas e implantación a finales de año. Las cámaras que permitirán leer las matrículas así como otros aparatos y señales para controlar el acceso al área restringida al tráfico deberán ser una realidad el 31 de diciembre. El coste previsto es de 2,9 millones de euros.

La fase de implantación de estas herramientas "deberá finalizar inexcusablemente" en la citada fecha, según el dictamen aprobado, aunque antes será necesario concretar exactamente el perímetro de la ZBE, que podría sufrir "algún ajuste" sobre lo anunciado, según ha señalado el alcalde, Eneko Goia. Por ahora, está previsto que en una primera fase la zona con restricciones sea la comprendida entre el Boulevard, el río, la calle Easo y La Concha.

En función de las entradas concretas a la zona restringida se decidirá el número de cámaras y resto de herramientas que permitirán hacer realidad el área de bajas emisiones. Uno de los contratos, de 78.584 euros, se destinará a la dirección de la instalación y consultoría de calidad, mientras que el otro, de 2,8 millones, corresponderá al suministro, instalación de los elementos, puesta en marcha y mantenimiento. La cuantía de este último podrá variar en función de los suministros finalmente necesarios, por lo que el Ayuntamiento pagará según el material facilitado. Gran parte de la financiación de la intervención de este año provendrá de los fondos europeos Next.

En la segunda fase de operación se monitorizarán los sistemas instalados, se elaborarán informes, se enviarán propuestas de sanción, se comprobarán datos y se llevarán a cabo trabajos de mantenimiento.

Goia explicó que los contratos que resultarán del concurso convocado hoy incluye no solo la instalación de los aparatos y su puesta marcha, sino también la operación de estos elementos tecnológicos así como el mantenimiento del sistema integral durante dos años tras su implantación (años 2024 y 2025). El contrato se podrá prorrogar otros dos años más, hasta 2027.

El regidor donostiarra explicó que los detalles sobre el perímetro exacto de la ZBE están relacionados con que "deben existir indicadores que justifiquen" la implantación de la Zona de Bajas Emisiones, una tarea que deberá completar la empresa que gane el concurso. Asimismo, recordó que las restricciones a vehículos a motor serán decididas por la próxima Corporación que salga de las elecciones municipales de mayo.

También opinó que las restricciones podrían ser "una solución mixta", combinando factores como la residencia en la zona y determinadas etiquetas medioambientales de los vehículos, "como en Madrid". "Por ahora seguimos en fase de escucha", dijo el alcalde, que añadió que una nueva ordenanza, que deberá ser aprobada, será el documento que rija qué vehículos podrán entrar y cuáles no a la primera ZBE de Donostia. Así, está sin decidir si podrán entrar a la zona cerrada las motos, los coches eléctricos y otros tipos de vehículos, así como las excepciones que se puedan establecer.

El sistema se compondrá de una red de vigilancia y control de accesos que permite el reconocimiento de la matrícula de los vehículos y una red de monitorización ambiental para la medición de emisiones. También se instalará una red de paneles de información y la digitalización de las reservas de carga y descarga.