La Donostia de hoy es fruto de su historia, del testimonio que han dejado sus gentes, de sus heridas.

En la web municipal,  donostia.eus en la pestaña de Geodonostia, cualquier persona con curiosidad puede tener acceso al Mapa de la Memoria Histórica de Donostia, en el que se señalan los puntos de relevancia en la ciudad relacionados con la Guerra Civil y la dictadura de Franco.

Según se indica en la propia página, el mapa “pretende ser una invitación al recuerdo dinámico y crítico de nuestro pasado en un esfuerzo de comprensión de lo que pasó a partir de aquel verano de 1936”. 

Para que así sea se incluyen un total de ocho iconos que diferencian los lugares de conflicto bélico, lugares de enterramiento, sanidad militar, lugares bombardeados, puntos de fusilamiento, zonas en las que se realizaron trabajos forzosos, centros de detención y elementos conmemorativos.

El hotel María Cristina fue un lugar de bombardeo Ruben Plaza

 Cuando se clica sobre el logo que indica los lugares de conflictos bélicos el mapa lleva al visitante, entre otros puntos de la ciudad, a las escuelas públicas de Amara, en la calle Urbieta, e indica una fecha: el 21 y 22 de julio de 1936; al edificio que fue Casino y hoy es Ayuntamiento, 19, 22 y 23 de julio de 1936; el caserío Otxoki, hoy desaparecido; el también desaparecido caserío Tuniz Berri, el caserio Txurkoenea, en Egia; y el Club Naútico.

El Club Náutico fue testigo de batallas Photographer: Martin Ricardo; Publisher: Kutxa Fundazioa (kutxateka.com)

Pinchando el icono de lugares de enterramiento el mapa guía a quien acede a la web al cementerio de Polloe donde, por ejemplo, todavía se halla un panteón militar erigido en 1940 “a la memoria de los asesinados por defender sus ideales de Dios y España. Una oración por sus almas”. Los muertos del bando republicano no tienen en Polloe panteón alguno.

El alto de Ulia, el alto de Ametzagaina o las proximidades del Puente de Hierro se señalan también como lugares de enterramiento. En este último en 2009 se informó de la aparición de restos humanos en las obras que se estaban realizando. En los siguientes días se procedió a la exhumación de siete cuerpos enterrados en dos fosas, tres cuerpos en la primera y cuatro en la segunda.

Si se buscan enclaves vinculados con la sanidad militar se hallan, entre otros, la Casa de Maternidad Municipal, situada en la cuesta de Aldakonea; el hospital San Antonio Abad o Manteo, que se encontraba en terrenos del caserío del mismo nombre en Ulia; el hospital de la Cruz Roja, en El Antiguo, o el hospital Militar Nuestra Señora de los Dolores.

La zona de Monpas, el monte Igeldo, el monte Urgull, Zorroaga, el paseo de Francia, San Roque, el hotel María Cristina o Duque de Baena fueron, entre otros muchos puntos de la ciudad, testigos de bombardeos.

La calle Arroka fe testigo de trabajos forzadps N.G.

También de terrible recuerdo son los lugares que fueron testigo de fusilamientos, como el campo de tiro de Bidebieta, hoy parque Salvador Allende; los exteriores y el patio de la cárcel de Ondarreta; los cuarteles de Loiola, el parque de Aiete o el Paseo Nuevo. 

Trabajos forzados se realizaron en el callejón de Arroka, en Amara Zaharra y en la avenida de Zumalakarregi y los centros de detención se situaron en diversos lugares de la ciudad, como el desaparecido frontón Jai Alai de Miracruz, la cárcel de Ondarreta, cuyos restos aún asoman cuando la arena de la playa del mismo nombre se halla en cotas muy bajas; el hotel Continental de la calle Zubieta, a donde trasladaron a algunas de las personas presas después de que el penal de Ondarreta se quedara pequeño, e incluso el Kursaal, cuyo cine albergó una prisión en la etapa republicana y también en la franquista.

Plaza de la II República, en Donostia N.G.

El recuerdo de lo que fueron días y años muy duros ha quedado grabado en distintos puntos de la ciudad de diversas formas. Paseando por las calles de Donostia se pueden encontrar varios elementos conmemorativos, como la escultura en recuerdo de Clara Campoamor, que se colocó en Benta Berri y posteriormente fue trasladada a la plaza Vinuesa; la escultura Urdina situada en el Palacio de Aiete, que es un homenaje a las 22 víctimas donostiarras deportadas a los campos de concentración nazis y que es obra de Iñigo Piera, y la escultura en recuerdo de las víctimas de la guerra y del franquismo, ubicada en la plaza de la II República, junto al puente de la Real Sociedad.

Uno de los elementos conmemorativos más conocidos es la escultura Dual situada en la calle Ijentea, que quiere recordar a los hombres y mujeres fusilados en Donostia tras el golpe de estado franquista y en los años posteriores, que es obra de Amaia Mateos y Tomás Villanueva.