Cada barrio de Donostia tiene su personalidad, su realidad comercial y sus problemas. Conchi Muñoz lamenta que Egia es un barrio que en los últimos años ha sido “muy maltratado”, con distintas obras que entorpecían el acceso al mismo, entre otros problemas.

Por su parte Pili Jiménez, tras recabar la opinión de distintos comerciantes de la zona, destaca que se ha constatado el descenso del número de personas que llegan desde otros puntos de la provincia. “No sé si será por los problemas de tráfico, la carestía de los aparcamientos o porque les echa para atrás que haya tanto turismo”, abunda.

Mikel García habla con conocimiento de El Antiguo y lo propone como “laboratorio”. “Tenemos de todo, zonas muy, muy, comerciales y otras que nos cuesta que funcionen”, destaca.

Esto es algo en lo que vuelven a coincidir: es una situación que se repite en prácticamente todos los barrios, con calles que comercialmente funcionan y otras que no.

Una calle, distintas realidades

Incluso una misma calle puede funcionar en un tramo y en el otro no, con diferencias en el precio del alquiler en una misma calle. 

Además, es frecuente que en un barrio se dé la proliferación de un tipo de comercio determinado. Por ejemplo en Amara, señala Arantza Cortabarría, apenas hay comercio de equipamiento para las personas, pero sí tiendas de servicios informáticos o de otro tipo. 

¿Y cómo afecta al comercio la llegada masiva de turistas? Lo cierto es que no beneficia de igual forma a todos los barrios de la ciudad. A algunos ni llegan y, a otros, llegan pero centran sus adquisiciones en ciertas tiendas en concreto. Pero los comerciantes coinciden en que, en general, la llegada de visitantes es positiva, aunque consideran que desde el Consistorio se podría hacer algo más para descentralizar este fenómeno.

"En nuestro comercio los turistas no entran mucho. Pero lo cierto es que cuanta más gente más posibilidades de venta"

Paco Navarro - Comerciante Cuchillería Navarro

Lo resume de cierta manera Paco Navarro. “El turismo no es nuestro fuerte, por el producto que vendemos, pero sí que ayuda. A veces entran y a veces compran. Cuanta más gente hay, más posibilidades de venta”.

“Se podrían poner atractivos repartidos en distintas zonas o incluir a los barrios en las guías”, sugiere Cortabarría, pese a reconocer que es un tema de complicada gestión.

“Cada barrio tiene su encanto y también sus particularidades comerciales. Pero hay que lograr que Donostia, en su conjunto, se diferencie”, señalan. 

Las grandes cadenas y la venta online, reconocen, “han venido para quedarse”, por lo que hay que diseñar planes y estrategias para que ese comercio de Donostia, que siempre ha sido singular, tenga una ventana en la que asomarse.