Las representantes de los comerciantes de la Parte Vieja inciden en un hecho singular: el gran número de locales que están alquilados en esta zona para que funcionen como almacén de los establecimientos hosteleros.

El problema radica en que, detrás de las puertas cerradas “con tablas”, suele haber “neveras y congeladores” sin “licencia ni nada”.

“De repente hay una bajada de tensión y se queda la mitad de la Parte Vieja sin electricidad por este sobreconsumo”, informan.

“Es algo que comentamos cada vez que vamos al Ayuntamiento. Paseas por la Parte Vieja y ves un local y otro cerrados, pero no están ni a la venta ni en alquiler. Por lo menos, ya que es un almacén, que cuiden la fachada”, apuntan.

“La Parte Vieja es de madera. Cualquier día hay un cortocircuito o pasa cualquier cosa y se quema. Hemos preguntado en el Ayuntamiento y nos dicen que eso no se puede controlar, que es privado. Pero el local está catalogado como comercial y ese no es uso que le dan”, señalan.

“Un local no lo puedes transformar en una casa donde quieras, porque no tienes permiso de habitabilidad. Pues en lo Viejo debería pasar lo mismo y decirles que eso no se puede usar como almacén, porque es comercial”, subrayan.

“Por supuesto que no vamos contra la hostelería. Lo que pedimos es que haya un control para que luego no lo lamentemos todos si pasa algo”, quieren dejar claro.

 Jauregi defiende la Parte Vieja a ultranza. “No me gusta oír que los donostiarras se sienten expulsados. Todavía hay muchos bares de los de siempre. Hay oferta para todos los gustos”, concluye.