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La etapa del Tour más familiar

Decenas de ciclistas de todas las edades han recorrido Donostia este domingo con la bicicletada Bizitour

Bizitour: Decenas de ciclistas de todas las edades recorren DonostiaArnaitz Rubio

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El Tour ha arrancado este domingo en Donostia. O, al menos, así lo ha parecido en la explanada de Sagües, donde decenas de ciclistas, de cualquier edad y condición, desde niños hasta jubilados, han dado inicio a la etapa más familiar de la prueba ciclista gala. Casi nueve kilómetros bajo la iniciativa Bizitour en la que no ha importado quedar primero o hacer el mejor crono, sino vivir "una fiesta" de las dos ruedas que ha acabado, a falta de medallas y ramos de flores, con múltiple premios para los participantes.

Como en cualquier buena prueba que se precie, minutos antes del pistoletazo de salida el pelotón ha dado su última puesta a punto a las bicicletas y ha recibido los últimos consejos del equipo. En este caso, las madres y los padres. "Si ves que no puedes seguir, nos lo dices y volvemos", ha señalado un ama a su hija pequeña, concentrada en probar que su timbre funcionase correctamente.

Otros, por su parte, hinchaban las ruedas y ajustaban las cadenas en la zona acondicionada para ello. Todo tenía que estar en perfectas condiciones, tal y como lo exige la competición más importante del planeta. La mayoría, no obstante, ha preferido hacer cola para asegurarse un billete en el sorteo que se ha celebrado tras la prueba. Porque una cosa es no competir, pero otra dejar pasar por alto un premio oficial del Tour de Francia.

"Han hecho un circuito amable, sin montes. Porque como tuviésemos que subir uno llevando a los niños no lo conseguimos", han comentado con una sonrisa Maider y Jose, señalando a Amaia y Ion, los dos pequeños que asomaban en la parte trasera de cada una de las dos bicicletas protegidos, cada uno, con un casco fosforito. 

En total, casi nueve kilómetros de recorrido por delante, desde Sagues hasta el Antiguo y vuelta al punto de salida. Un paseo seguro para todas las familias que sirve como bienvenida al Tour a Euskal Herria y que se repetirá en las próximas semanas en Bilbao y Gasteiz. "No es que nos interese mucho el ciclismo, pero nos parece muy bien que hagan actividades para potenciar el deporte", han señalado Aitor y Saioa, una de las parejas participantes.

Eran de las pocas sin hijos, ya que la mayoría, como la que han formado Ainhoa, Mikel, Ane, Unai y Juanan, han acudido casi al completo. "He venido con mi hija, mi hijo, mi hermano y mi padre. Nos hemos animado todos", ha contado la ama de este grupo, casi un equipo ciclista completo. "No somos muy de coger la bicicleta y a la pequeña todavía le cuesta, así que iremos viendo hasta dónde llegamos", ha añadido haciendo mención al carácter lúdico de la prueba.

No obstante, la prueba también ha sido apta para veteranos corredores. "Tengo 70 años y he venido porque es una buena manera de hacer deporte", ha asegurado María Ángeles, vestida con toda la equipación: maillot, casco, guantes y gafas de sol. "Solo falta que aguante el tiempo", ha apuntado llevando la mirada al cielo.

Unas pocas gotas antes del inicio de la prueba hacían temer lo peor, pero finalmente, pasadas las 11.30 horas, el pelotón ha dado inicio a la marcha. "¡Ánimo txirrindularis!", han gritado desde los altavoces mientras los fotógrafos, principalmente abuelos de los jóvenes ciclistas, trataban de capturar las mejores instantáneas.

En julio será el turno de los profesionales, que también atravesarán la capital quipuzcoana aunque seguramente a otro ritmo. No importa porque la fiesta y el ambiente previo volverá a ser el mismo. La pasión por las dos ruedas parece estar más que asegurada.