Los gigantes de Donostia, grandes protagonistas de la Semana Grande, cumplen este agosto 40 años y han recibido como regalo un libro sobre su vida, que ha sido escrito por Borja Muñoz Niharra, presidente de las asociación Itzurun, la comparsa que se encarga de hacerlos bailar desde hace 25 años, aunque algunos de sus miembros lo hacen desde el principio.

La nueva publicación, titulada Los gigantes y cabezudos de San Sebastián - Viaje en el tiempo, está destinada tanto a adultos como a niños y ofrece numerosas fotografías de las distintas épocas de estos ocho grandes muñecos, que son los mismos personajes que se construyeron hace 40 años, según recordó el autor, que destacó que los gigantes de Pamplona también son los mismos que hace 160 años.

Los personajes donostiarras son cuatro parejas representativas de los territorios vascos. Erromualdo y Estitxu son los alaveses, Eneko y Blanca los navarros, Mattin y Maritxu los vizcainos y Manrique y Karmeli los guipuzcoanos. Todos tienen más de cuatro metros, un altura superior a los de otras localidades cercanas.

Muñoz explicó este lunes que los gigantes de Donostia se estrenaron en 1982, aunque el público se quedó a los lados de la calle para contemplarlos, como si fueran una cabalgata de Reyes, y no siguieron tras ellos saltando y bailando como sí pasa en la actualidad. La situación no mejoró mucho en los años siguientes y, según relató, estaban a punto de desaparecer cuando, el 14 de agosto de 1989, en pleno tumulto por la celebración de La Salve, los gigantes entraron en la Parte Vieja y con ellos la fiesta, lo que propició que parara el “horror y el follón”, explicó el autor en la presentación de su obra.

Según señala la publicación, en los años 80 tanto Vitoria como Bilbao hicieron intentos por crear unas fiestas más populares y así se surgieron Celedón y Mariajaia. En Donostia, por el contrario, no se buscaba populizar una fiesta que había surgido para ofrecer actividades a los veraneantes y seguía con el mismo objetivo. “Parecía que disfrutar de la fiestas del verano era hacer de menos a la Tamborrada del patrón del 20 de enero”, dice el autor en su libro. E introducir los gigantes, que un siglo antes también habían fracasado en su intento de estar en las fiestas, no estaba claro.

A pesar de ello, algunos empujaron para que así fuera y, con sus vaivenes, llegaron hasta hoy, cuando son los encargados de cerrar la Aste Nagusia y suponen uno de los atractivos principales para los más txikis y sus familias.

La investigación llevada a cabo por Muñoz recuerda que la idea de crear los gigantes partió del folclorista Juan Antonio Urbeltz. El dantzari donostiarra nacido en Pamplona había quedado prendado en su infancia de las figuras de la capital navarra. La propuesta para crear algo similar en Donostia caló entre algunas personas y se organizó un festejo para el día de San Juan, con una enorme ballena que echaría agua a los congregados, otros animales y las cuatro parejas de gigantes. La fiesta finalmente no se celebró pero los gigantes ya estaban en camino.

Borja Muñoz muestra su libro sobre la historia de los gigantes y cabezudos de Donostia. Ruben Plaza

Gestación

Carlos Blasco de Imaz, que fue nombrado consejero de Pesca y Turismo del primer Gobierno Vasco, apoyó la idea de Urbeltz y la transmitió a Javier Sada, que trabajaba en la organización de fiestas del Ayuntamiento donostiarra. El Gobierno Vasco puso un millón de pesetas y el Ayuntamiento otros dos para la confección de los gigantes.

El jugador y después entrenador de la Real Sociedad José Ignacio Urbieta, que era de Deba y restauraba elementos eclesiásticos, se implicó también en el proyecto y contactó con una fundición de Arganda del Rey (Madrid) con la que el trabajaba en sus tareas de imaginería. Encargaron los gigantes al escultor Rafael Giráldez Chacón. Cada cabeza, de fibra de vidrio en lugar de pasta de papel, costaría 40.000 pesetas. Además, pidió al fallero valenciano Vicente Luna que crease los cabezudos, que acompañan a las cuatro parejas, una cuadrilla que ha ido cambiando sus personajes a lo largo del tiempo.

Finalmente, los gigantes se estrenaron en 1982, con ayuda de sus compañeros de Pamplona que vinieron a Donostia para exhibirse y ayudar a los novatos en su primera salida.

Los detalles de los primeros años de los gigantes donostiarras, con conflictos por los pagos del trabajo, por las dificultades para moverlos y por las distintas opiniones del Ayuntamiento sobre cómo debían presentarse en las calles figuran en la detallada publicación.

La publicación también narra los últimos años de la vida de los gigantes, en los que han tomado un gran protagonismo y han salido de Donostia para darse a conocer en otras localidades como Pamplona, Vitoria Valladolid, Reus o Matadepera. En esta última localidad barcelonesa, las figuras donostiarras tomaron parte en la mayor concentración registrada, con total de 657 gigantes.

Los beneficios, para investigar enfermedades infantiles

Los beneficios de la publicación Los gigantes y cabezudos de San Sebastián-Viaje en el tiempo, editada tanto en euskera como en castellano, serán donados a la investigación de enfermedades infantiles y al apoyo a sus familias, según avanzó el autor, Borja Muñoz Niharra. El escritor presentó ayer el libro por los 40 años de los personajes festivos en compañía del alcalde de Donostia, Eneko Goia, que ensalzó la labor de los gigantes y de la comparsa Itzurun reflejadas en la publicación.

El regidor donostiarra, que ha escrito el prólogo del libro, agradeció al autor “la labor realizada para recopilar la historia de uno de los emblemas de la ciudad, como son los gigantes y cabezudos, que todas las Semana Grandes llenan nuestras calles de color y alegría”. 

También felicitó a la asociación Itzurun por su 25 aniversario: “Ya son 25 años dando vida a nuestros gigantes y cabezudos, que no faltan puntualmente a su cita con la Semana Grande, y a los que estamos deseando ya ver este próximo sábado por la tarde”.  

El autor del libro y presidente de Itzurun, por su parte, manifestó que “el libro está ideado para que pequeños y adultos encuentren un motivo para conocer a sus vecinos de más de cuatro metros de altura y a sus traviesos compañeros”.

“La historia nunca contada” de estos tradicionales personajes es uno de los objetivos del libro, “un recorrido ameno y trepidante por la historia de la comparsa y de esta tradición desde su primera aparición en la ciudad, en el siglo XVII”, dice el autor, que pretende también que el libro sirva de “antídoto contra las tablets” y otros dispositivos eléctricos y ayude a los más pequeños a acercarse a los libros.

Quienes se acerquen al nuevo título podrán conocer también de dónde viene la tradición de los gigantes, una costumbre “heredera del grotesto teatro cómico popular medieval y renacentista y de las fiestas cortesanas del periodo barroco”, señala la publicación.

Gigantes expuestos en el claustro de San Telmo. Esti Veintemillas

En concreto, en Donostia está documentada la presencia de gigantes en 1660. Entonces se describieron las figuras de siete reyes moros y sus mujeres además de un San Cristóbal y numerosos bailarines.

La presencia de los gigantes está ligada a la festividad católica del Corpus Christi, establecida en 1263 por el papa Urbano IV, y se ha ido extendiendo a lo largo de la historia y las distintas zonas geográficas con variadas manifestaciones culturales. También existen gigantes de tradición pagana, como el de Lanz, que según la publicación han sido utilizados durante años para ahuyentar el mal e insuflar alegría.

El libro se encuentra a la venta en la tienda de artesanía Alboka, así como en algunas librerías de Donostia y en la web kilikids.es.