Vecinos del paseo de Arriola, bajo cuyas viviendas se ha habilitado un albergue juvenil con 26 habitaciones y 220 camas, se muestran satisfechos de que el Ayuntamiento de Donostia haya anunciado que el martes aprobará la suspensión cautelar de la licencia de obras que otorgó hace un año, aunque advierten de que “no es definitivo”. 

El Consistorio informó el pasado miércoles en un comunicado de que había tomado la decisión de no defenderse en el recurso contencioso administrativo presentado por los vecinos contra la licencia de obras del hostel, tras comprobar con mediciones externas que las obras ejecutadas no se ajustaban a los planos presentados cuando solicitaron el permiso. Además, el Ayuntamiento manifestó que el local “no está en una planta baja, ni ante una primera planta o planta ubicada por encima de la primera o asimilable”, por lo que “el uso de hospedaje para el que se solicitó la obra no sería un uso admisible”.

Esta es la tesis que han defendido los residentes en los portales 15,17, 19 y 21 del paseo de Arriola, que consideran que el espacio transformado el albergue “es un semisótano”, por lo que no se podría transformar en alojamiento. 

Un portavoz de la comunidad de los números 15 y 17 aseguró que han contratado abogados, arquitectos y peritos para demostrar que su posición es la correcta. Además, quiso recalcar “la situación de indefensión” en la que se han sentido y que tuvo su último capítulo recientemente cuando trabajadores encargados por el hostel derribaron por tercera vez una pared con una puerta, que la comunidad de vecinos había levantado en un pasillo con el fin de que el alojamiento no lo usase como vía de evacuación. 

Pancartas contra el hostel en las viviendas del paseo de Arriola. Ruben Plaza

“Hay mucho malestar por la indefensión porque contrataron a más gente de seguridad para hacer el derribo de la puerta y modificar el portal y lo hicieron con una actitud intimidatoria”, señaló el portavoz.

Asimismo, dijo que los vecinos “no se esperaban” que el Consistorio optase por suspender de modo cautelar la licencia de obras y que lo consideran “un paso adelante pero el problema no ha terminado”. “Seguimos nuestro camino dentro de la legalidad porque creemos que se ha demostrado que el hostel es ilegal porque no puede estar en ese lugar”, dice el portavoz, que sabe que el problema se puede alargar en el tiempo.

Molestos con la Guardia Municipal

Por otra parte, los vecinos contrarios al hostel se muestran muy molestos con la actuación de la Guardia Municipal en estos meses y han solicitado una reunión con el concejal responsable, Martin Ibabe. “Hemos hecho innumerables llamadas y nos decían que habían que denunciar ante Urbanismo o tardaban una hora u hora y media en aparecer o no nos cogían las denuncias”, asegura. Además, se queja, “a veces venían por llamadas de los trabajadores de la obra y no por las nuestras”. “Hemos estado en una situación de indefensión”, añade.

Las obras para poner en marcha un alojamiento destinado a público juvenil fueron rechazadas desde sus inicios hace un año por las dos comunidades de vecinos del grupo de casas, que recurrieron contra la licencia de obras, aunque el Ayuntamiento rechazó su objeción. Después, acudieron al contencioso administrativo, que debe pronunciarse ahora sobre si la licencia de obras es o no adecuada. Mientras, el albergue no ha obtenido los permisos necesarios para ponerse en marcha.