La construcción de la conducción alternativa del Canal Bajo del Añarbe, creado en 1960 y en peligro de colapso, será una realidad que comenzará a ejecutarse el año próximo, después de que Aguas de las Cuencas de España (Acuaes) acordase el pasado jueves la firma de un acuerdo con Aguas del Añarbe para llevar a cabo esta inversión de 36,3 millones de euros.

La actuación se llevará a cabo gracias a una enmienda del Grupo Vasco en el Congreso a los Presupuestos Generales del Estado de 2022, que conllevará la mejorar el sistema de abastecimiento de agua en Donostialdea y garantizará el suministro a una población de 318.000 habitantes, según recordó el PNV en un comunicado.

Nos felicitamos por este anuncio que conocimos en el día de ayer (por el jueves). Han sido años de mucho trabajo y mucha insistencia, pero al fin la renovación del Añarbe será una realidad y mejoraremos con ello la calidad de vida de nuestra ciudadanía, que es nuestro objetivo prioritario como partido”, dijo el parlamentario Aitor Esteban.

Con la construcción de la nueva conducción alternativa se podrán acometer las obras de reparación y mantenimiento del canal actual, que se debe anular para su reparación. 

Con la reparación del canal, que se ejecutará después de crear un canal alternativo, se solucionarán los problemas de inestabilidad y de pérdidas de caudal que presenta la infraestructura por el paso de los años. “Precisamente lo que las instituciones vascas llevan reclamando desde hace años y por lo que ha estado trabajando insistentemente EAJ-PNV en Madrid”, dijo la formación jeltzale.

La obra será sufragada en un 80% por la sociedad mercantil Acuaes, que utilizará los fondos europeos Nexto Generation mientras que el resto correrá a cargo de la Mancomunidad de Aguas del Añarbe. Una vez finalizada la obra, la Mancomunidad de Aguas del Añarbe obtendrá su titularidad de la nueva conducción.

Inspección en el canal bajo deñ Añarbe. N.G.

La reparación de este antiguo canal está prevista desde hace veinte años, ya que los problemas que arrastra son antiguos. El pasado mes de septiembre, el Pleno del Ayuntamiento de Donostia suscribió una petición al Gobierno del Estado para que dispusiese de los fondos necesarios para llevar a cabo actuación.

Está previsto que las obras salgan a concurso en otoño y puedan comenzar en primavera.

El proyecto elaborado contempla cerrar el canal bajo y sacar el agua del embalse del Añarbe, a unos 850 litros por segundo, hasta el río del mismo nombre y llegar al Urumea. 

A 15,7 kilómetros, en la antigua central eléctrica de Lastaola, se tomará el agua del río y se bombeará hasta la estación potabilizadora de Petritegi (Astigarraga), creando así una conducción alternativa mientras se ejecuten las obras de reparación del canal bajo. La nueva infraestructura creada para ejecutar los trabajos servirá luego con conducto alternativo para casos de necesidad.