"Me suelen preguntar a qué ciudad quiero más, si a Malagón o a Donostia. Y siempre respondo que a las dos por igual. Es que es así". Son las palabras de Alfredo Medina, malagonero de nacimiento, pero donostiarra de adopción y también de corazón. A sus 73 años se convertirá en el primer presidente de la Casa de Castilla-La Mancha que abrirá sus puertas de manera oficial este próximo 5 de junio en un acto al que está previsto que acuda el presidente de aquella comunidad, Emiliano García-Page. "Tiene muchas ganas y le hace muchísima ilusión venir a Donostia porque le tiene un gran cariño a esta ciudad", reconoce un ilusionado Alfredo Medina, dueño de Montes Norte, el local en el que hasta ahora se vendían productos típicos castellano-manchegos, y en el que ahora se ubicará esta embajada oficial. Posteriormente, tendrá lugar una comida en Gaztelubide, sociedad de la que es socio el protagonista de esta historia.

El objetivo no es otro que divulgar y difundir la cultura, las costumbres, las tradiciones, la gastronomía y cualquier otra manifestación de aquella tierra, "en nuestra comunidad de adopción", ensalza Medina. Pero no solo eso. "Queremos hacer viajes, mostrar un poco nuestra tierra de origen a la gente euskaldun y viceversa, que conozcan aquello y así vincular nuestras tierras", subraya este malagonero que llegó a Gipuzkoa con tan solo trece años.

"Estamos todos muy entusiasmados con este proyecto", asegura. Por ahora son 20 socios, pero la búsqueda continúa. "Sabemos que tiene que haber más gente nacida en Castilla-La Mancha, pero no tenemos ni direcciones, ni nombres. No sé cómo obtenerlos. Había pensado incluso acudir al Ayuntamiento de San Sebastián y ver si ellos pudieran echarnos una mano", comunica. Pero esta embajada está abierta a todo el público que lo desee. "Nosotros no queremos significarnos, queremos confraternizar con nuestra gente de Donostia, que es donde vivimos. La mayoría de los que están aquí, han venido por amor. Es muy bonito y más sentimental no puede ser la cosa", ensalza Medina. La idea no es otra que intentar conseguir que los donostiarras "sintonicen con aquella tierra" a través de eventos como ir a ver la recogida de la uva para el vino, o la aceituna, ver su moltura y cómo se convierte en aceite. En la mente de Alfredo Medina también está la posibilidad de que cocineros de aquella tierra, algunos de ellos con estrella Michelín, vengan y enseñen "la cocina del Quijote", tal y como la denomina este malagonero. "Con productos humildes se hacen platos exquisitos", considera.

Con la puesta en marcha de esta casa, el ejecutivo castellano-manchego intensifica la estrategia de promoción que comenzó en 2021 en otras comunidades, una de ellas Gipuzkoa. El pasado verano, sin ir más lejos, patrocinó la regata que tuvo lugar en La Concha el 10 de julio. La capital guipuzcoana, asimismo, acogió una feria de artesanía que tuvo lugar en el Boulevard, a cuya presentación acudió la directora general de Turismo, Comercio y Artesanía, Ana Isabel Fernández. Cocineros de aquella comunidad dieron de comer a doce sociedades gastronómicas. "Fue algo que gustó mucho. Con productos que no son merluzas de tres kilogramos, ni centollos, ni langostas, hicieron una cena extraordinaria. Gustó tanto que los comensales comenzaron a aplaudir", rememora con orgullo Medina, que echa la vista atrás en el tiempo, a su llegada a Donostia. Fue amor a primera vista: "La única porción de agua que había conocido era el río Guadiana a su paso por Malagón, y cuando llegué a Donostia y mis hermanos, que ya vivían aquí, me pusieron delante de La Concha, me marcó de tal manera que nunca me quise ir de aquí". Su madre murió cuando él era muy joven y el segundo matrimonio de su padre obligó a Alfredo a hacer las maletas. Su primera parada fue en Legazpi, donde trabajó en Patricio Echeverría, y donde conoció a la que es hoy su mujer, Beatriz Murua.

Ya asentado en Donostia, nunca quiso perder su contacto con la tierra que le vio nacer.

Por eso se metió "de lleno" en el jaleo, primero, de la tienda, y ahora en el de la Casa de Castilla-La Mancha, "un sueño que se ha hecho realidad", asegura este empresario jubilado que anima a todo el que quiera a formar parte de una nueva familia, la castellano-manchega, y, así, tener la oportunidad de degustar productos típicos de aquella región tales como el queso o el aceite, sus elaboraciones estrella, sin olvidar tampoco las aceitunas, almendras, pistachos, vino€ En definitiva, un verdadero y selecto manjar.

"Soy a muerte de la Real"

No se considera un apasionado al fútbol, pero sí de la Real. "La Real es de Donostia y nosotros somos de Donostia. Vivo aquí y, ¿cómo no voy a ser de la Real?", se pregunta Medina, socio y accionista de la entidad blanquiazul. "En casa somos todos muy realistas sin llegar a ser, eso sí, extremistas. Pero sí nos gusta ver ganar a la Real". Los recuerdos son muchos, pero se queda con la final de Copa ganada al Athletic. "Disfrutamos mucho. Eran muchos años sin ver ganar un título a la Real y lo celebramos con mucha alegría", recuerda este seguidor blanquiazul, que tiene su corazón txuri-urdin. Se alegra, como no podía ser de otra manera, de una nueva clasificación para Europa de su equipo del alma. "Cuando perdemos o nos ganan, aunque lo entendemos porque no siempre vamos a ganar, pues nos molesta. Pero a pesar de todo hemos hecho una temporada muy buena y estamos en Europa", valora Medina.