En pleno corazón del barrio de El Antiguo se encuentra la residencia de la Cruz Roja en la que, como en otros muchos lugares, se sufre con las consecuencias de la guerra de Ucrania.

Las residentes en el centro, después de darle muchas vueltas, decidieron no quedarse mano sobre mano y aportar, en la medida de sus posibilidades, para mejorar las condiciones de las personas afectadas por la guerra.

Dicho y hecho. Las personas usuarias del centro acordaron dedicar el tiempo que destinan a diario a la realización de labores, que se incluye en la agenda de las actividades de la residencia, a tejer buffs

Además, sumaron a su tarea a familiares y personas voluntarias, que con agujas y lana, y en algunos casos con la ayuda de telares que permiten a quienes tienen problemas poder hacer punto, fueron tejiendo las prendas para que las personas que sufren o huyen de la guerra se protejan del frío.

En total, un grupo compuesto por una veintena de personas está colaborando en esta iniciativa.

Este grupo de entusiastas mujeres comenzaron a tejer sus bufandas a primeros de marzo y siguen inmersas en la tarea.

El alcalde de Donostia, Eneko Goia, tuvo conocimiento de esta iniciativa a través de una persona que se le acercó a pedir colaboración. El primer edil tampoco lo dudó y desde alcaldía se procedió a realizar una donación de ovillos de lana y de telares.

Desde la puesta en marcha de esta singular iniciativa, en la Cruz Roja de El Antiguo se han tejido más de 200 buffs que se han enviado a Ucrania a través de distintas organizaciones que han fletado convoys de ayuda para este país.

Eneko Goia visitó recientemente a las personas usuarias del centro antiguotarra y tuvo la oportunidad de observar en primera persona su trabajo.En el transcurso de la conversación que el alcalde de Donostia mantuvo con las personas allí presentes les agradeció su esfuerzo solidario, recibiendo por su parte el agradecimiento de las tejedoras por la donación llevada a cabo.

Durante su visita al centro, Goia pudo comprobar que el ritmo de trabajo del grupo de usuarias y personas voluntarias ha provocado que la cantidad de lana donada haya mermado de forma importante, por lo que adquirió el compromiso de realizar una nueva entrega del material que necesitan.

Tanto las personas usuarias como sus familiares destacaron que haber tomado parte en esta iniciativa les "ha dado vida", y en la actualidad pasan el tiempo dedicado a las labores tejiendo los buffs mientras conversan y escuchan música.