la exposición Parte Vieja y Puerto de San Sebastián: Conjunto Monumental, organizada por la asociación para la conservación del patrimonio Áncora, descubre, entre sus más de 300 fotografías y planos, cinco de los palacios aristocráticos que lograron sobrevivir al incendio de 1813. Aunque con modificaciones, siguen formando parte de la arquitectura de esta parte de la ciudad, tan frecuentada por los donostiarras y los turistas. Pero, de alguna manera, han pasado inadvertidos a las miradas de todos y la exposición pretende darlos a conocer.

Entre las casas particulares que pertenecieron a las familias acaudaladas del siglo XVIII afincadas en la antigua ciudad, hoy continúa en pie el palacio de los marqueses de Roca Verde, en el portal 20 de la calle 31 de Agosto. Un poco más adelante, también han resistido al paso del tiempo el palacio de los Queheille, en el número 28, y el de los condes de Peñaflorida, en el 30. En el número 15 de la calle San Juan se mantiene la residencia que perteneció a los Brunet, ahora ocupada por particulares; y en Virgen del Coro 2 está la Casa Torre de los Oquendo, una construcción de la época medieval, donde hoy se asienta la sociedad Gaztelubide.

Posteriores al incendio, en medio de los nuevos edificios de la reconstrucción emergieron además en 1846 el Palacio Collado, obra del arquitecto José Galo Aguirresarobe, localizado en la calle Fermín Calbetón 25, y que ahora ocupa el ambulatorio y una biblioteca infantil. Otro destacable es el de Tastet, en San Jerónimo 20, que fue levantado en 1819 por Silvestre Pérez. También en la misma calle se conserva en muy buen estado la Casa Minondo, que en sus inicios fue propiedad de dos hermanos que tenían negocios con América.

Estos palacios, así como los principales edificios del barrio (algunos ya desaparecidos), se exponen hasta el 12 de enero en la sede del Instituto de Arquitectura de Euskadi, ubicado en el convento de Santa Teresa. Además, esta muestra forma parte de la bienal de arquitectura Mugak y se ha programado con el objetivo de acercar a la ciudadanía los valores históricos y arquitectónicos de la Parte Vieja.

La distribución de las fotografías, planos y demás documentos se ha organizado por calles con la idea de que, tanto los vecinos como quienes son ajenos a la ciudad, localicen mejor aquellos edificios en los que más les interese profundizar. La exposición también incluye dos documentales sobre la Parte Vieja: Gente de Mar y Esta es mi tierra, del poeta Gabriel Celaya.

A su entrada, la exposición despliega una amplia maqueta de cartón que revive el Proyecto Utópico de Manuel de Ugartemendia, que fue la primera propuesta de reconstrucción de la ciudad un año después del incendio, pero que nunca se llegó a realizar. La nueva Parte Vieja, en un principio, fue diseñada con un estilo neoclásico que destacaba por una plaza central de forma octogonal (donde se ubica la actual plaza de la Constitución). Esto no fue posible debido a la oposición de los propietarios, tanto por el precio como por los cambios de ubicación de los edificios, que implicaba una reorganización diferente de los espacios y que no estuvieron dispuestos a asumir. El rechazo llevó a Ugartemendia a proponer un segundo diseño, con menor coste y más cuadriculado, que compone la actual ordenación de las calles de Lo Viejo.

Eneko Oronoz, arquitecto que ha trabajado en la investigación de los documentos expuestos, explica que este recorrido por "una veintena de calles y edificios" de la Parte Vieja, también se ha realizado para "celebrar" la declaración del barrio como Conjunto Monumental que se publicó en abril, después de una espera de 30 años desde que se inició el expediente.

Conocido y desconocido

Además de incluir las principales edificaciones, desde la organización quieren dar a conocer las historias de todos los edificios, de los arquitectos y de los años de construcción, una investigación que no se había llevado a cabo hasta este momento. La Parte Vieja "es un rincón conocido por todos, pero a la vez muy desconocido", apunta Oronoz, por lo que invitan al público a "redescubrir" estos lugares "frecuentados por todos para tomar pintxos" y que poseen un valor histórico muy importante.

El apogeo turístico de la ciudad también ha transformado la imagen tradicional de la Parte Vieja. Hoy es un espacio que concentra un gran conjunto comercial dirigido al turismo. Por ejemplo, sobre las reformas actuales del edificio de La Bretxa, Eneko Oronoz considera que "no se están respetando los valores arquitectónicos y artísticos de una construcción del siglo XIX" y apunta que, además, "se trata de una obra de Antonio Cortázar".

Oronoz opina que La Bretxa ya ha tenido varias intervenciones anteriores, "todas muy malas". Primero, cuando dejó de ser un mercado al uso, tal como se concibió tras la reconstrucción, para convertirse en un centro comercial. Con las modificaciones actuales -añade- se han eliminado parte de los muros originales para colocar escaparates y la piedra original ha sido sustituida. Además, afirma que el edificio Pescadería, que ya fue vaciado en los años 90, será nuevamente intervenido. Por estas razones, cree que las actuaciones son "poco adecuadas" para unos edificios con un gran peso histórico.Las visitas a la muestra sobre el conjunto monumental de la Parte Vieja tienen lugar de martes a viernes, de 17.30 a 20.30 horas; sábados y domingos de 11.00 a 14.00 horas y de 17.30 a 20.30 horas. Este mes de diciembre y en enero se ofrecerán recorridos guiados gratuitos con los comisarios de la exposición. Las sesiones en castellano serán los jueves, viernes y sábados a las 19.00 horas. Y en euskera se realizarán los sábados a las 12.00 horas, empezando pasado mañana. Las visitas guiadas se prolongarán hasta que la muestra cierre sus puertas el 12 de enero del próximo año y requerirá de previa inscripción, que se puede realizar a través de la web www.bienalmugak.eus.