donostia - El haurtxoko y el gazteleku que funcionan en barracones en la plaza de Ferrerías de Amara, a causa de las obras en el estadio de Anoeta, no retornarán al edificio deportivo a finales del próximo curso, como se preveía en un principio, sino que estarán una temporada más.
La Junta de Gobierno del Ayuntamiento dará hoy su aprobación al concurso para el alquiler de un complejo de módulos prefabricados entre diciembre de este año, cuando finaliza el contrato actual, y junio de 2021. El contrato, además, admite la posibilidad de llevar a cabo tres prórrogas, cada una de un año como máximo.
El coste total del arrendamiento de los módulos, de diciembre de 2019 a junio de 2021, rondará los 68.000 euros, según la previsión municipal.
La casa de cultura Ernest Lluch del barrio de Amara, que ha estado en el centro comercial Arcco durante las obras del estadio, reabrirá sus puertas el próximo lunes en Anoeta, con un espacio más amplio y una planta más en la zona baja. En ella se ubicará la atención al público, el salón principal, la sala de exposiciones y un taller. En el piso superior se localizarán la biblioteca, el servicio Kzgunea, el programa Plus 55, cuatro talleres y oficinas administrativas.
El arranque de las obras del estadio provocó que las actividades culturales ubicadas en el edificio se tuviesen que trasladar a otros emplazamientos a principios de 2018. Mientras la biblioteca y otros servicios se alojaron en Arcco, los destinados a los más pequeños se ubicaron en módulos prefabricados en la plaza de Ferrerías. La elección de la sede provisional fue criticada por el grupo municipal de Irabazi, que elevó una moción al Pleno.
Durante el debate, el concejal de Juventud, Martin Ibabe, manifestó que el Ayuntamiento no había encontrado un local idóneo en un edificio, con un mínimo de 300 metros cuadrados, en el que alojar el haurtxoko y el gazteleku, por lo que había optado por los barracones.
Asimismo, negó que hubiese habido falta de previsión, como criticó la formación de la oposición. El edil de Juventud, además, aseguró que, en sus dos primeras semanas de funcionamiento, tanto el haurtxoko como el gazteleku habían tenido una ocupación “muy buena”.