Un espejo para que Donostia se mire a sí misma
instalación artística. Uno de los tamarices de Alderdi Eder sirve estos días a la instalación artística ideada por Unai Gabilondo, que expone en la cercana galería Vetusart. El espejo roto situado a los pies del árbol pretende impulsar una reflexión sobre la identidad de la ciudad que, según el creador, parece estar el peligro a causa del número creciente de visitantes. La metáfora donostiarra que encarna el tamariz se mezcla en esta obra con la fragilidad del espejo roto con el fin de llamar al análisis de la situación. Foto: N.G.
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