Donostia. Con la ayuda de su inseparable entrenador y ya casi miembro de su familia, Javier Aymerich que solo tiene palabras de elogio para Oribe, sobre todo por su manera de ser, Richard relata cómo está viviendo los días previos a recibir un galardón largamente esperado, el Tambor de Oro.

¿A cuántos compromisos (cenas, comidas, ensayos..) está teniendo que ir con motivo de su Tambor de Oro?

Estas dos últimas semanas están siendo densas e intensas. Emisoras de radio, entrevistas de prensa, programas de TV, homenajes, llamadas, whatsapp . Un sin parar.

¿Qué sintió cuando se enteró de la noticia?

Apareció mi madre en el gimnasio cuando estaba entrenando y solo verla tan radiante y nerviosa me lo imaginé. Nos fundimos en un abrazo y nos salió un "¡por fin!". Felices a tope.

¿Cómo lo han vivido familia y amigos?

Tanto la familia como los amigos cercanos, los que están a mi lado desde hace muchos años, están y estamos súperfelices, nerviosos y emocionados. Me habían propuesto varias veces y esto ha sido como un respiro.

¿Cómo está preparando el día?

Primero controlando los tiempos del protocolo, lugares y horarios. Estoy muy nervioso con las palabras que tengo que decir en el salón de plenos, aunque quiero estar tranquilo y que se me entienda bien. También estoy pensando qué ropa tengo que ponerme, porque la ocasión es especial.

¿Va a salir en alguna tamborrada este año?

Seguramente toque un rato en la izada en Gaztelubide. No me puedo comprometer con ninguna porque los actos oficiales requieren de mi presencia, aunque ya me han invitado de varias para arriadas, izadas y homenajes.

A lo largo de su vida deportiva ha recibido muchos reconocimientos. ¿Es este especial?

Todas las medallas en los Juegos Paralímpicos, campeonatos del mundo, récords del mundo son el fruto de perseguir sueños y trabajar con disciplina para conseguirlos, siempre intentando superarme. El Tambor de Oro es diferente, es un reconocimiento de la gente de mi ciudad, porque además de valorar mi trayectoria deportiva parece que les gusta mi forma de ser. Es muy importante para mí que me quieran y lo reflejen con sus votos.

¿Lleva la cuenta de sus medallas?

Llevo un control exhaustivo. Me he creado una hoja en Excel donde tengo todos los tiempos, distancias, lugares y medallas que he obtenido a lo largo de mi vida deportiva, entre otras, 16 paralímpicas, 22 mundiales y 140 internacionales, y recojo también las autonómicas y territoriales. Me encanta la informática y me gusta tenerlo todo bien archivado.

¿Va a celebrar el Tambor comiendo en un lugar especial?

Con mi familia, mis amigos más allegados y con mis compañeros de deporte. Después de la entrega del Tambor iré a la sociedad Iztingorra, de la que soy socio de honor, porque me van a hacer un homenaje. Luego tengo previsto ir a comer al Branka, cerca del Peine del Viento, un lugar a donde me acerco frecuentemente con mi bici a mirar al mar.

Javier Aymerich lo tiene muy claro: "Si pudiesen acudir todos sus amigos y gente que le quiere llenaríamos un polideportivo en la comida".