La fundación Cristina Enea, que dio sus primeros pasos en 2008 y se constituyó en 2009, se enfrenta ahora al arranque de su segunda década, un periodo que comienza con una “reflexión estratégica”, según explica su director, Txema Hernández. “Queremos impulsar un proceso interno para pensar cómo debe funcionar la entidad de aquí en adelante y que sea de verdad una herramienta válida para la ciudadanía”, dice el responsable. A su juicio, la fundación Cristina Enea “debe adaptarse a las necesidades” de los vecinos de Donostia, que no son las mismas que cuando empezó su andadura, cuando se basaban en la protección de la naturaleza”. “Ahora toca adaptarnos e ir anteponiéndonos a los problemas”, opina el responsable.

Para Hernández, Cristina Enea tiene que ir hacia “una mucha mayor participación e interacción con la ciudadanía, hay que buscar estrategias para acercarse a todos los sectores ciudadanos, algunos de los cuales se nos escapan”. “Lo fácil -añade- es acercarse hacia los que están sensibilizados, pero nuestro objetivo es llegar al núcleo duro de quienes no lo están y atraerlos hacia la sensibilización”.

Para conseguirlo, el organismo iniciará en 2018 un proceso de análisis en el que tomarán parte los trabajadores, los patronos y también los colaboradores.

Esta misma semana, la junta de gobierno del Ayuntamiento ha aprobado la cesión por otros cuatro años más del palacio del Duque de Mandas del parque de Cristina Enea, donde se ubica el denominado Centro de Recursos Medioambientales, sede de la fundación. La cesión es la tercera en la historia de la entidad, que dispone este año de 725.000 euros de presupuesto para llevar a cabo las numerosas actividades que organiza, todas gratuitas. La mayor parte de los ingresos, 595.000 euros, llegan directamente del Ayuntamiento de Donostia. Otros 60.000 proceden de la Diputación, 15.000 de Aguas del Añarbe y el resto de convenios, subvenciones a proyectos y patrocinios.

A lo largo del presente año, el Centro de Recursos Medioambientales, ha acogido 9.167 usuarios en las distintas actividades programadas en el edificio. Pero la fundación también gestiona eventos en el Natur Txoko de Urgull, en donde se han computado 1.689 personas este año y, el centro de interpretación de Ulia, con 2.727. El total de actos que ha acogido el antiguo Palacio de Duque de Mandas ha sido de 113, en Urgull han sido 20 y en Ulia, 27.

La actividad escolar es también uno de los pilares de Cristina Enea, que este año ha dado servicio educativo a 14.000 alumnos de las escuelas donostiarras y del entorno. Los estudiantes acuden a distintos eventos programados para ellos, pero la programación de Cristina Enea también se traslada a otros lugares, como los propios colegios o el centro comercial Garbera, donde se desarrollan estos días talleres en los que los estudiantes aprenden una parte de los conocimientos de sus temarios.

El pasado año, entre escolares y personas particulares las actividades de Cristina Enea atrajeron a unos 24.000 ciudadanos. La elevada cifra estuvo condicionada por el año de la Capitalidad. Este año, entre colegiales y particulares, se sobrepasarán las 27.500 personas.

A lo largo del pasado año, el Centro de Recursos Medioambientales acogió distintas exposiciones, además de una permanente sobre consumo responsable. También albergó mesas redondas y actividades de sensibilización de distintos asuntos como la ganadería ecológica, el Danubio, las variedades antiguas de trigo, las redes de empresas ecológicas de semillas, los retos y dificultades de la gestión pública del agua, las inundaciones o la lucha contra la privatización del Canal de Isabel II en Madrid. Proyecciones y excursiones completaron el menú de actos.