donostia - Las heladas en Donostia están desapareciendo y para finales de siglo dejarán de existir. Así lo señala el diagnóstico de situación elaborado por la empresa Tecnalia, por encargo del Ayuntamiento, que se integra en el Plan de Adaptación local ante el cambio climático.
A futuro se prevé que la temperatura media aumente 2,8 grados, siempre acudiendo al peor de los escenarios, lo que supondrá que cada año haya entre 5 y 15 noches más en las que la temperatura superará los 20 grados.
Además de avanzar situaciones que se perfilan a futuro, este diagnóstico recoge lo que ya se sabe a ciencia cierta y es que la temperatura media anual ha subido 0,8 grados respecto al periodo entre 1961 y 1990. La diferencia en lo que a las temperaturas mínimas se refiere es todavía mayor, con una subida de 0,9 grados centígrados en los últimos tiempos.
Y es que, concretamente, los años del periodo 1995-2014 han sido los más cálidos de los que se tiene constancia desde que se comenzaron a utilizar los instrumentos de medición de la temperatura superficial.
Si miramos al mar, el cambio resulta también notable. En las estaciones de medición que se sitúan cerca de la costa donostiarra el nivel del mar ha subido 2,9 milímetros por año entre 1993 y 2014. Las mediciones han corroborado también los comentarios playeros que aseguran que el agua de baño está más caliente incluso en invierno, dado que se ha medido un aumento de 0,19 grados por década entre 1980 y 2014.
Volviendo al escenario más extremo respecto a los efectos del cambio climático, el fin de siglo llegará acompañado de más olas de calor, entre dos y cuatro más al año.
Con todos estos y otros muchos datos sobre la mesa, el Plan de Adaptación propone un total de 31 acciones para Donostia, algunas de ellas preventivas, otras de sensibilización y otro paquete estructurales.
El concejal de Medio Ambiente, Alfonso Gurpegui, subrayó ayer la importancia que tiene para el municipio tomar medidas para adecuarse al cambio climático y sus efectos. “Muestra de ello son los episodios de fuerte oleaje que en los últimos años han causado importantes daños y que necesitan de una profunda evaluación y análisis”, añadió.
Para responder a este importante reto el Ayuntamiento puso en marcha en 2016 una Comisión Técnica de Adaptación, precursora del Plan de Adaptación, cuyo objetivo es estudiar el nivel de vulnerabilidad y riesgos de la ciudad.
Acciones Con las 31 acciones que se proponen en el plan se pretende avanzar en la elaboración de una estrategia que sirva para hacer frente a posibles “inundaciones marítimas, pluviales y fluviales”, así como a “repentinas olas de calor”.
Con este objetivo se debe de estudiar el efecto del oleaje y de la subida del nivel del mar en las corrientes y en las playas, y trabajar en el urbanismo limitando el crecimiento de los terrenos construidos, incrementar la superficie verde en las ciudades y mejorar el conocimiento que se tiene sobre la respuesta que la ciudad podría ofrecer ante las inundaciones no costeras.
Este plan, que ha recibido ayudas por un importe de 15.000 euros del Gobierno Vasco, deberá de ser aprobado en la próxima junta de gobierno para después remitirlo con el objeto de ser validado a la oficina de Mayors Adapt, iniciativa europea a la que se sumó el Ayuntamiento de Donostia y que obliga a adoptar una serie de compromisos en materia de estrategias de adaptación al cambio climático.