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Tres retoques para un muro centenario

finaliza el desmontaje de la casa de baños, que se recolocará en la plaza de arroka como fachada de un edificio de una planta, bajo el que nacerán espacios de uso comunitario

Tres retoques para un muro centenario

El muro de San Bartolomé, que surgió cuando el cerro del mismo nombre sufrió un tajo para ejecutar el ensanche Cortázar, mantendrá un aspecto similar en el futuro, ya que es un elemento que está protegido y solo se autoriza la reparación y sustitución de sus elementos constructivos, si fuera necesario. Por ello, básicamente, el equipo de arquitectos Arkilan, encargado de la reforma de la zona alta de San Bartolomé, tratará de llevar a cabo una puesta a punto del muro, que incluirá su limpieza así como la retirada de los viejos soportes publicitarios y las hierbas que nacen entre la mampostería.

El muro, de hasta 29 metros de alto, tendrá distintos tratamientos, según los tramos. Por el momento, el extremo sur de esta pared ha cambiado ya totalmente ya que ha desaparecido la fachada de la Casa de Baños, una construcción protegida, que será trasladada a la cercana plaza de Arroka, según las últimas decisiones adoptadas por el Ayuntamiento. En lugar de emplear la fachada de los antiguos aseos para rematar la esquina entre la calle Easo y la futura vía Estella-Lizarra, estas piezas de arenisca servirán de fachada a una nueva nave de una planta que se construirá en la plaza de Arroka. Bajo la nueva construcción habrá un subterráneo de usos comunitarios, una propuesta que sustituye al edificio de varias plantas antes proyectado.

La zona central del muro de San Bartolomé, por su parte, deberá ser objeto de un estudio detallado para una correcta restauración, explican los arquitectos de Arkilan.

revestimiento Finalmente, la parte norte de esta pared que jalona la calle Easo tendrá que ser reformada en su parte más alta, con el fin de adecuarse al equipamiento que nacerá bajo la ladera. Actualmente, el límite superior del muro en este punto tiene altibajos y, en el futuro, será rectilíneo aunque también inclinado.

El revestimiento actual del muro de San Bartolomé data de 1914 y su función era principalmente decorativa para ocultar el desmonte que se había ejecutado para llevar a cabo el ensanche. Los contrafuertes visibles son los que permiten sujetar esta pared en mitad de la ciudad.