tres días seguidos de fiesta es algo inusual, que no suele ocurrir ni en Semana Santa. Este puente de la Constitución está siendo la oportunidad perfecta para que el pequeño comercio pueda competir con el grande, esforzándose durante sus días libres. Además, muchos guipuzcoanos han salido del territorio para aprovechar estos días, pero a cambio han venido turistas de varias ciudades del Estado. Por lo general, los visitantes están contentos porque la ciudad tenga algo de vida durante el puente, no obstante muchos de ellos no están a favor de que los pequeños negocios tengan que trabajar, porque “siempre hay tiempo para comprar”.
Esta polémica situación se encuentra especialmente en la Parte Vieja de Donostia, donde casi todas las tiendas abrieron ayer y permanecerán con las persianas subidas hoy y mañana. Es algo normal porque en esta zona hay movimiento los fines de semana y durante los días festivos. Como hace la tienda Let’s get Basque, que abre estos días porque “les cunde”. Lo mismo ocurre con la tienda de bisutería Xiri o el negocio de ropa frente a la iglesia San Vicente, La Pelitxata. Acostumbrados a abrir los domingos, “no podían dejar de abrir” ayer. Yolanda Mellado, trabajadora de este último negocio, afirma que no se han puesto en marcha solo porque sea un puente. Además, admite que “viene cantidad de gente de la provincia, o de fuera, entonces se aprovecha, y más con vistas a la Navidad”.
Las pequeñas tiendas de comida aprovechan el cierre de los supermercados para abrir. Sus clientes suelen ser aquellos despistados que no compraron antes productos básicos, pero que pueden acudir a estas tiendas para llenar el hueco de la despensa.
Pero las opiniones de ciudadanos y turistas son diversas. A los visitantes, muchos de ellos de Madrid y Barcelona, les resulta “cómodo” poder comprar hoy, pero defienden que los comerciantes también deben descansar porque “no está bien que tengan que usar su día de fiesta para rentabilizar el trabajo”. Es un tema de conversación muy recurrente. Dos viandantes discuten. No les importa si está todo abierto o no, porque pueden hacer las comprar “entre semana”.
Por otro lado, gran parte de los paseantes están encantados con una ciudad llena de “vida” en un festivo. Lou Hernández fue específicamente ayer a la Parte Vieja a por una crema. Afirma que el día de ayer le vino “fenomenal” y le levantó “el ánimo, porque tres días cerrado se hace largo”.
“es nuestro momento” Pero quienes lo tienen más difícil son aquellos comercios disgregados por el Centro, puesto que cuanto más lejos están de lo viejo, menos gente acude. Aunque muchos de ellos anunciaron su apertura con carteles durante esta semana pasada, la gente no abunda. Aún así Coralie Lamaziere, dueña de Kokodeko, una tienda de decoración de la plaza Bilbao, está contenta. “Es nuestro momento. Es una manera de luchar contra las grandes superficies, que no abren”, defiende a pesar de que tendrá que “echarle horas”.