Donostia - La empresa Ocine, responsable de las nueve salas de exhibición de películas de La Bretxa, confirmó ayer a este diario su intención de cerrar las instalaciones ante la situación económica que le afecta. Asimismo, reconoció que presentó el pasado martes un ERE de extinción, que afectará a los quince trabajadores de las salas, que han iniciado movilizaciones en las redes sociales para evitar la pérdida de sus puestos de trabajo.

La gerente de las salas, Irene Goya, manifestó que las negociaciones con la empresa La Bretxa, concesionaria del complejo de propiedad municipal, para conseguir una bajada en el precio de alquiler del local comenzaron hace dos años, pero añadió que la adjudicataria se ha mostrado “inflexible”, por lo que no han logrado reducir el precio del arrendamiento.

Asimismo, añadió que lo que Ocine considera un elevado precio de alquiler no es el único motivo que ha llevado a la empresa de exhibición catalana a cerrar sus instalaciones de Donostia. La “situación decadente” del centro comercial La Bretxa, que no arrastra público ni a los locales comerciales ni a las salas de cine, es la segunda de las causas que ha llevado a Ocine a tomar la decisión de cerrar, según explicó la gerente.

En la actualidad solo un restaurante de kebab comparte la planta del edificio de la antigua Pescadería en la que se hallan los cines y donde en el pasado hubo varios locales de comida rápida. En la primera, a ras de calle, ha cerrado recientemente la cervecería Gambrinus. Además, numerosos locales del antiguo mercado están vacíos y los esfuerzos por buscar interesados parece que no dan frutos.

A juicio de la gerencia de Ocine en Donostia, “el centro comercial está prácticamente vacío y hay una desidia y un abandono que hacen muy difícil mantener la actividad”.

Por otra parte, y aunque la espada de Damocles del ERE de extinción ya pende sobre los trabajadores, la gerente recuerda que siguen pendientes algunas reuniones y no quiere descartar que se pueda reconducir la situación, si cambia alguno de los factores que han permanecido inamovibles hasta el momento.

Por su parte, el concejal de Urbanismo, Ricardo Burutaran, afirmó ayer que la relación del Ayuntamiento se limita al contacto con la empresa adjudicataria y lamentó el cierre de los cines, “como el de otros negocios”. Afirmó que el papel del Consistorio se limitará a defender “el interés público” y anunció que no se involucrarán en las negociaciones que corresponden a La Bretxa y los cines.