La colección de los italianos de Lieto Fireworks destacó, sobre todo, por su color y su brillo: verdes, blancos, rojos intensos, azules y morados llenaron de luz la bahía. Aunque puede que se echara de menos un punto más de ritmo y fuerza en el desarrollo de la colección, sorprendieron y agradaron al público con detalles de gran calidad como la serie de caritas tristes y sonrientes que dibujaron en el cielo donostiarra. Jugaron con las formas, líneas rectas y círculos concéntricos y combinaron fuegos altos y bajos. El espectáculo de la casa que hace dos años se hizo con la Concha de Plata concluyó con una traca final potente y con fuerza que arrancó el aplauso de los espectadores y que les dejó con un buen sabor de boca. Foto: Javi Colmenero
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