donostia - ¿Le gustan las fiestas de Aste Nagusia?

-Son unas fiestas que siempre he disfrutado y que cada vez me gustan más.

¿Qué consejos quiere dar a la gente para que disfrute de estas fiestas?

-Que salga a la calle sin prejuicios de ningún tipo y a disfrutar.

¿Qué balance hace de la evolución de la capital guipuzcoana desde la última Aste Nagusia?

-Es una ciudad castigada por la crisis y también por distintos imprevistos naturales que han afectado mucho económicamente, pero a los que se les ha sabido hacer frente y conseguir que la ciudad tenga unos servicios adecuados. Además, este año se ha apostado por la política económica, la mejora de la política social, la atención a la ciudadanía y se ha aumentado la participación, la euskaldunización y el eje vertebrador de la cultura.

¿Qué es lo mejor y lo peor que ha habido en este año en Donostia?

-Creo que poco a poco estamos ganando en que cuaje entre la ciudadanía que es posible hacer política de otra manera. La gente se tiene que comprometer más y generar más cercanía entre ellos y la política.

Como alcalde, ¿a cuántos actos tiene que acudir a lo largo de Aste Nagusia?

-Todos los días hay un par de actos a los que tengo que ir y luego hay otros a los que acudo porque me apetece.

¿Por ejemplo?

-Desde el punto de vista de la cultura, hay varios que siempre me han gustado. Por ejemplo el teatro, que hay todo el año, o los bertsolaris. Este año hay un espectáculo que me apetece mucho volver a ver, que es Altzaquillo, que me encantó cuando se presentó en Olatu Talka y lo van a ofrecer de nuevo en el kiosko del Boulevard. De deporte, también hay cosas a las que me gusta ir, aunque a veces coinciden actos y tengo que elegir. Por ejemplo, tendré que hacerlo entre los aizkolaris y la Copa de Oro. Me gustan mucho las actividades participativas como el barrene de pelota de la Parte Vieja. También quiero presenciar, porque es importante compatibilizar el pasarlo bien con las problemáticas que hay en el mundo, el espectáculo Checkpoint, que trata sobre el pueblo palestino.

Después de tanto ajetreo festivo, acabará cansado. ¿Se tomará unos días de vacaciones?

-Cansado relativamente. La actividad del día a día es inmensa a lo largo de todo el año y esta semana es, incluso, más agradecida. Llegamos a casa un poco más tarde porque quieres ver los fuegos, dar una vuelta por La Flamenka... Pero la verdad es que también empiezas un poco más tarde. La semana siguiente tengo asuntos que me impiden irme, pero intentaré descansar un par de días.

Al final, el Gobierno Vasco ha autorizado el recinto de La Flamenka.

-Lo que tengo clarísimo es que hay que aplaudir un movimiento como los Piratas o cualquier otra comisión de fiestas, porque actúan muy bien y hacen fiestas populares. Yo pienso que ningún donostiarra concibe ahora una Semana Grande sin actividades como las de los Piratas. Cualquier administración, tanto el Ayuntamiento como el Gobierno Vasco, lo que tiene que hacer ante un movimiento como éste es facilitar la actividad. Además, hacerlo es inteligente, porque aportan mucho a la fiesta y organizan algo complementario a lo oficial.

¿Le parece mal que les hayan pedido garantías sanitarias y de seguridad?

-No. Todo lo que sea cumplimentar lo que hay que cumplimentar me parece bien. Otra cosa es que haya podido haber malentendidos. Y yo apuesto por que cuando haya un movimiento de este tipo se faciliten las cosas y sea todo más ágil.

El baño en el muelle también ha estado de actualidad en los últimos días, después del posicionamiento del Pleno (con los votos de Bildu y el PSE) para pedir al Gobierno Vasco que no se prohíba esta práctica, que está desautorizada en todos los puertos. En este aspecto, ¿no cree que hay que apostar también por la seguridad?

-Sí, la seguridad es lo prioritario pero la seguridad se puede hacer compatible con distintas actividades. En una ciudad que tiene playas, puerto y río, intentar facilitar que haya un uso de ocio de estos espacios está bien. La moción no pretendía ir más allá de lo que es una realidad a día de hoy. Que los que usan el muelle como ocio lo puedan seguir haciendo con normalidad y sin poner en riesgo la seguridad de nadie. En el Pleno incluso se hizo mofa ironizando con que la ciudad podría fomentar el baño en el río. En una ciudad que tiene un río sería un lujo poder bañarse en él. Hay que sacar adelante el Urumea y que se pueda usar también para el ocio.

¿Ha solido acudir a otras fiestas de las capitales vascas?

-Sí. No asiduamente, pero las conozco todas. He ido una o dos veces a cada una.

¿Este año volverá de médico al Sáhara, como solía hacer?

-No he ido y me encantaría poder ir, pero no hay tiempo libre. Sin embargo, mantengo la vinculación con el Sáhara y con los compañeros de la cooperación. En cuanto pueda disponer de un tiempo lo haré.

Este año ha viajado mucho por el mundo: América, Japón, Europa... ¿Le ha sorprendido algo?

-Los viajes institucionales que he tenido que hacer son diferentes porque cada uno tiene su objetivo. Pero una sensación que me queda es que cuando vas fuera percibes perfectamente que San Sebastián es una ciudad que está de moda. El pueblo vasco es un pueblo que tiene una cultura propia y una manera de trabajar propia. Es mucho más conocida la realidad a más kilómetros de Donostia que a pocos. Sorprende mucho que en el Estado se tenga una interpretación de la realidad de Donostia muy lejana a lo que es en verdad hoy en día.

¿Será candidato a alcalde las próximas elecciones?

-Es un asunto que no me preocupa en absoluto. Lo que sí me importa es que el trabajo que se ha hecho en estos tres o cuatro años tenga una continuidad porque lo realizado está para quedarse.

¿Está a gusto como alcalde?

-Sí, estoy a gusto, ilusionado y con la sensación de que vinimos a hacer unas cosas y las estamos haciendo poco a poco.

El decreto que ha anunciado Rajoy para impulsar que el alcalde sea el candidato de la lista más votada podría beneficiar a Bildu. ¿Qué le parece?

-Rajoy sabrá por qué lo dice pero posiblemente cualquier decretazo que venga con unos intereses en concreto no merece la pena debatirse.