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Un nuevo desprendimiento en Ulia hace peligrar una borda junto a la carretera

el punto en el que se vino abajo la tierra lleva dos años sin ser reparado Vecinos de la zona temen que una hipotética caída de la construcción cause "daños irreparables" a alguna persona

Un nuevo desprendimiento en Ulia hace peligrar una borda junto a la carretera

Donostia. Un nuevo desprendimiento en una de las laderas de la carretera de Ulia hace peligrar una borda construida junto al caserío Arrieta, lo que ha elevado la preocupación de sus propietarios, que temen que una hipotética caída de la construcción sobre la carretera cause males irreparables a alguna persona que pase por debajo, tanto a pie como en coche.

Los desprendimientos motivados por las lluvias en Ulia son frecuentes. Sin embargo, el acaecido a la altura del numero 59 del paseo de Ulia lleva dos años sin ser reparado y se ha agravado tras las lluvias de estos últimos días, dejando al aire parte de la borda, con el consiguiente peligro de caída sobre el vial de acceso a la parte alta del monte. Al mediodía de ayer se podía ver la tierra depositada sobre la carretera y unos pivotes cónicos alertando de la inutilización de un carril. Algo más arriba, junto al caserío Lapatzandegi, otro desprendimiento ha cumplido ya un año.

Tras el nuevo descalce de la ladera, propietarios del caserío Arrieta se dirigieron ayer al Ayuntamiento para reclamar una reunión urgente. En la actualidad es el departamento de Urbanismo quien se ha hecho cargo del caso, que antes fue analizado por el de Mantenimiento Urbano.

En octubre del pasado año, residentes en la zona de la carretera acusaron al Ayuntamiento de Donostia de desentenderse de la situación, así como del peligro existente en este vial de propiedad municipal, que fue construido en 1909 por el Ayuntamiento en terrenos que le fueron cedidos por los propietarios de las fincas vecinas.

Esta particular situación hace que existan dudas sobre quién debe hacerse cargo de reparar las laderas, lo que enfrenta desde hace años a los propietarios de los caseríos afectados y al Ayuntamiento. De hecho, en 2002, uno de los propietarios acudió a los tribunales, con el fin de reclamar al Consistorio que reparase los taludes laterales que dan al vial, pero sin éxito.

El juez reclamó pruebas de que los taludes eran responsabilidad municipal, algo que los demandantes no habían presentado. A raíz de aquello, los propietarios del caserío Arrieta recabaron información, que ha evidenciado, según sostienen, que el muro de contención levantado en 1917 fue obra del propio Consistorio por lo que, por lógica, debería ser la institución local quien se hiciera cargo de reparar aquella obra cuando sufriera desperfectos, como viene sucediendo en los últimos tiempos.

El pasado año, los vecinos del entorno aseguraron en un comunicado que la carretera era “un bien de interés público” y recordaron que “el mantenimiento de carreteras, caminos municipales y de todos los elementos que las forman (taludes, terraplenes, muros, obras de contención, etc...) corresponde al Ayuntamiento, tal cual queda reflejado en la Norma foral de Carreteras y Caminos de Gipuzkoa”.

Asimismo, denunciaron que a los propietarios de los terrenos que lindan con la carretera, y “dentro de una gran arbitrariedad”, el Ayuntamiento les estaba incoando expedientes para que pagasen las obras de contención del terreno.