Donostia. Pese a su apretadísima agenda, recibe a NOTICIAS DE GIPUZKOA en su nuevo despacho, aún sin un toque personal, como le gusta poner en todo lo que hace. Apasionado de la gastronomía, Stijn Oyen considera la cocina "el corazón de un hotel". Y lo dice con conocimiento de causa, ya que trabajó como chef junto al reconocido cocinero belga Roger Souvereyns, el "mentor" que descubrió también su talento en la gestión hotelera. A sus 36 años, casado y con dos hijas, este belga de carácter cercano y sociable llega a Donostia atraído por la cultura gastronómica, el interés por perfeccionar su castellano y el de su familia, sin olvidar, por supuesto, el nuevo reto que supone dirigir un hotel como el María Cristina, con un alto nivel de exigencia y sofisticación.
¿Había visitado antes la ciudad?
Hace ocho años vine a San Sebastián, pero fue un viaje de trabajo de tan solo dos días. Entonces yo trabajaba en el departamento de Alimentación y Bebidas del Hotel Park Lane de Londres y junto a responsables de otros hoteles de la misma cadena asistí a un training sobre tapas y pintxos que organizó la empresa para incorporar esta opción gastronómica al menú como algo novedoso, en mi caso, en el hotel de Londres. En realidad, la ciudad es muy nueva para mí y de alguna manera también el hotel después de la gran reforma que dirigió Michel.
¿Le ha dado algún consejo su predecesor Michel Nader?
(Sonríe) Solo me ha dado un consejo, que cuide a su cariño, el hotel. Michel ha hecho un gran trabajo en los últimos cinco años con la renovación, han sido muchas emociones y siente el hotel parte de él.
Hugh Jackman, Annette Bening, Oliver Stone... Ha llegado en el momento más 'glamouroso' del año para el hotel. ¿Cómo ha sido su llegada y recibimiento?
Llegué el domingo, día 15 y el miércoles tuve que volver a Cracovia para una reunión de trabajo. Cuando volví había cambiado todo con el festival; el hotel estaba a tope, la ciudad también... Debo decir que esta semana apenas he salido del hotel, ya que he estado con Michel en reuniones de trabajo, concentrados en la transición de la dirección. En cuanto al recibimiento, ha sido muy caluroso. Tuvimos una reunión con todo el personal del hotel para despedir a Michel y darme a mí la bienvenida.
Hemos sabido que también ha conocido ya a los directores del resto de hoteles de la ciudad. Les invitó a una original comida, en la propia cocina del María Cristina...
Sí, lo comenté con Michel. Y es la primera vez que lo hago. Pensamos que los eventos siempre tienen que ser únicos y no aburridos, así que preparamos un evento original de despedida y bienvenida a base de platos en miniatura, al estilo de aquí. Creo que el resultado fue positivo. Soy una persona transparente y qué mejor forma que presentarte abriendo las puertas de tu casa y, sobre todo, de tu cocina, que es el corazón de un hotel.
¿Qué es lo que más le motivó a la hora de aceptar venir a Donostia y ponerse al frente de la dirección del hotel María Cristina?
Fueron razones personales y profesionales. Mi mujer y yo pensamos que sería muy positivo que las niñas aprendieran español, una de ellas nació en Tenerife. En general, nos gusta viajar y aprender de las diferentes culturas, en este caso, cómo se vive en San Sebastián. Me gusta involucrarme en el ambiente y la cultura local. Por otro lado, para mí es un nuevo reto profesional. Ya conocía el hotel por toda la comunicación interna de la cadena hotelera. Además mi asistente en Cracovia fue jefe del departamento de Alimentos y Bebidas del hotel María Cristina y me solía comentar muchas cosas sobre el hotel y la ciudad. Soy cocinero de profesión, me encanta la gastronomía y el mundo del vino, y sabía de la cultura gastronómica que tiene San Sebastián. En cuanto al hotel, me gusta la personalización del servicio de esta marca de lujo y, en particular, el toque autóctono que ofrece el hotel María Cristina.
¿Qué retos tiene al frente de la dirección del hotel María Cristina?
Después de la reforma que ha vivido el hotel, creo que no precisa de cambios. Es un hotel que funciona muy bien y está resplandeciente. Además, el equipo tiene mucha experiencia. El objetivo es continuar en la misma línea, sin olvidar que todo es mejorable. Con el tiempo habrá que ver si se necesitan algunos pequeños cambios.
¿Quizá en la cocina? Lo digo porque ahí está "en su salsa".
(Sonríe) Sí. No sé. En principio no cambiaré nada. Me gustaría más adelante tener una reunión con el chef y quizá poner un toque personal en el menú.
Supongo que un hotel de lujo como el María Cristina no sufre los efectos de la crisis económica por el perfil de sus clientes.
No, la crisis económica no afecta al mercado internacional, que tenemos mucho aquí, pero donde sí afecta es en los banquetes. Tenemos menos reuniones, menos eventos y comidas. Pero en general la crisis no nos afecta como a otros hoteles que están enfocados al mercado español o local, cuya situación debe ser muy dura. Al mismo tiempo, debo decir que un hotel de lujo siempre tiene unas expectativas más altas y más cuando se ha hecho una reforma de semejantes dimensiones siempre hay que esforzarse más para mejorar.
Este verano las cifras de ocupación hotelera han sido inmejorables en Donostia, sobre todo, por el turimos extranjero. ¿Cree que la ciudad ha alcanzado su máximo potencial turístico?
No, no lo creo. El potencial turístico de Donostia no ha tocado aún su techo. Hay un gran mercado en Japón y China por explotar. Son países que están creciendo mucho. El problema o la virtud, según como se mire, de San Sebastián es su posición geográfica o conexiones aéreas. Está aislada, es difícil llegar a la ciudad. Eso evita afortunadamente que haya un turismo masivo y que se preserve para un tipo de turismo más selecto, pero, por otro lado, al no haber muchas conexiones aéreas, se pierden nuevos mercados.
¿Qué imagen tienen en el exterior de Donostia?
Lo ven como un destino gastronómico con paisajes impresionantes (playas y montañas). La ciudad tiene una imagen de calidad y lujo.
¿Qué le ha sorprendido más a su llegada de la ciudad y del hotel?
Todavía no he tenido tiempo de ver la ciudad. Justo he visto el camino al colegio de mis hijas y poco más. La próxima semana llega mi familia. Si tengo que resaltar algo que me ha sorprendido es la gran calidad de la comida en el comedor de empleados. El otro día bajé a comer allí. Es excelente.
El hotel María Cristina tiene una larga lista de directores. ¿Es política de la cadena Startwood cambiar con cierta frecuencia la dirección de sus hoteles?
Es muy habitual en el mundo de la gestión hotelera cambiar de directores, no sólo por la política de la empresa que busca nuevas ideas, etc., sino también por el desarrollo profesional de los directores.
Pasando a un plano más personal, un trabajo tan exigente en horarios como el suyo debe ser difícil conciliarlo con la vida familiar.
Sí, lo es, pero es una pasión y lo haces con el corazón. Mi mujer, de Lituania, y yo nos conocimos en Londres, trabajando en el hotel. Ella conoce muy bien cómo funciona el mundo de los hoteles, así que es más comprensible. No es fácil la conciliación de la vida laboral y familiar, pero es cuestión de organizarse. Si esta semana, porque es el Festival de Cine, no puedo ocuparme de las niñas, reservaré más tiempo en febrero, por ejemplo, cuando la intensidad de trabajo sea menor.
¿Cuáles son sus aficiones?
Me encanta el jogging. Y también suelo practicar squash y ciclismo. Pero lo que realmente me apasiona es la gastronomía y el mundo del vino. Desde pequeño quería siempre cocinar. Con solo 15 años empecé a ir los fines de semana a trabajar en la cocina del restaurante de un amigo. Mis padres pensaron que me cansaría rápido, pero no fue así y continué estudiando. Llegué a trabajar con Roger Souvereyns, que fue realmente mi mentor, quien me sugirió que tenía talanto para la gestión.
¿Su estancia o contrato en Donostia es prolongado?
Para cuatro o cinco años. Y si nos gusta mucho San Sebastian, quien sabe... Podríamos quedarnos aquí.
Por último, ¿qué espera de Donostia y de los donostiarras?
Espero integrarme bien en la ciudad. Soy una persona abierta y transparente y me gustaría recibir lo mismo. Yo y mi familia estamos muy ilusionados con esta nueva etapa.