cARA de póquer, rabia, impotencia y resignación, en este mismo orden. Así se queda uno cuando va a coger su bicicleta donde la aparcó hace unas horas o el día anterior y resulta que no está. Supone una auténtica faena. Lo saben muy bien los numerosos donostiarras que han padecido, sobre todo estos meses de verano, el robo de su bicicleta. Lo curioso del asunto es que una gran parte de estas víctimas no denuncia el robo. Se queda en la fase de resignación: "¿Para qué? Si es imposible recuperarla". La realidad es que no lo es. Se puede recuperar y, de hecho, hay unas 300 bicicletas aparcadas en el depósito municipal de vehículos, en la torre de Atotxa, esperando a sus propietarios.

El problema radica en que cuando uno reclama su bici necesita pruebas para demostrar que es de su propiedad. Pruebas como la referencia de la denuncia del robo, una fotografía de la bici, la factura de su compra o de algún arreglo que se hizo. ¿Pero cuántas personas guardan los recibos de un cambio de cubierta o la reposición de los tacos de freno? Muy pocos. Quizá cada vez más ciclistas, por aquello de la facilidad que ofrece la cámara del móvil, guardan una fotografía de su bicicleta. Aun así, tampoco son numerosos.

El disgusto llega cuando tienes tu bicicleta robada en frente de tus ojos, cuando ha sido recuperada -sí, aunque parecía imposible...- pero los agentes de la Policía municipal ahora no pueden entregarla porque no existe ninguna prueba que identifique al propietario de la bici.

registro y denuncia

El 'DNI' de la bici

Este disgusto se podría evitar simplemente registrando la bici en el Ayuntamiento de Donostia. Un servicio gratuito de identificación de bicicletas que lleva en marcha varios años, pero parece que no muchos ciudadanos hacen uso de él.

Precisamente, por este motivo, el grupo del PNV hizo ayer un llamamiento a los ciudadanos para que registren sus bicis, además de denunciar todos los casos de robos.

Al Gobierno local instó, por su parte, a que "tome medidas" con el fin de agilizar el reintegro a su propietarios del "atasco" de 300 bicis que hay en el depósito de Atotxa.