Donostia. El Ayuntamiento donostiarra enviará próximamente a los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia) 111 bicicletas que fueron retiradas de las calles por la Guardia Municipal por estar abandonadas o ser robadas y que dos entidades sociales se han encargado de reparar.
La iniciativa para arreglar y donar las bicis que iban agolpándose en el depósito municipal arrancó hace dos años y en este último curso han participado en los trabajos de reparación la asociación Erroak-Sartu y la Fundación Secretariado General Gitano. La primera trabaja la inserción social y laboral de personas en riesgo de exclusión y tiene en marcha un taller de reparación y mantenimiento de bicicletas. Concha Clavero, de Erroak-Sartu, explicó ayer que en estos dos años 52 personas han participado en estos talleres y que, en total, han reparado 290 bicicletas. En realidad han llegado a utilizar 430, pero algunas estaban inservibles aunque se han aprovechado piezas para reparar otras.
La Fundación Secretariado Gitano, por su parte, ha participado en este programa por primera vez este año con cinco chavales de entre 18 y 25 años que han arreglado seis bicicletas, según explicó Carmen Pinedo. Tanto ella como Clavero incidieron en que el objetivo de los talleres es facilitar la inserción laboral posterior a los participantes.
Así, entre ambos este año han arreglado un total de 127 bicicletas. Algunas se han llevado al centro de acogida social del Consistorio y la mayoría, un total de 111, serán las que en breve se enviarán a los campamentos de Tinduf. "Las bicis les vendrán muy bien a los niños para ir a la escuela, que está a unos tres kilómetros de los campamentos", agradeció ayer Sidi Baba, del Frente Polisario.
200 bicis sin reclamar El concejal de Movilidad y Cooperación, Jon Albizu, destacó ayer que este programa cuenta con la colaboración de varios departamentos municipales y añadió que el año pasado fueron 164 las bicicletas que se arreglaron a través de esta iniciativa y se enviaron, en ese caso, a Cuba y Benin.
El programa surgió, entre otros, para dar salida a las bicis que, retiradas de las calles por los agentes, se amontonaban en el depósito municipal de Atotxa sin ser reclamadas. Los guardias municipales llevan allí los ciclos que se encuentran abandonados y rotos en la calle, los que están mal estacionados y los que parecen ser robados. Todos ellos son fotografiados y se muestran en la página web del Ayuntamiento (donostia.org) para facilitar su localización por parte de sus dueños. Sin embargo, siguen siendo bastante pocas las bicicletas que se devuelven a sus propietarios. En ese punto, la responsable de Servicios Generales de la Guardia Municipal , Jone Argoitia, hizo un llamamiento a los ciclistas para que se den de alta en el registro municipal o, al menos, apunten el número de bastidor de su bicicleta, ya que estos dos son los métodos más directos y sencillos para poder probar la titularidad de los vehículos y poder recuperarlos en caso de que lleguen a manos de los agentes.
De todos modos, todos los años son unas 200 las bicis que, pasado un tiempo, siguen sin ser reclamadas y se destinan a la iniciativa puesta en marcha para repararlas, ponerlas a punto y enviarlas a países y zonas más necesitadas.