"MEMORIA urbana" es el título de la exposición que hasta el 24 de este mes se puede visitar en la casa de cultura Etxarriene de Martutene, desde las 16.30 y hasta las 20.00 horas. Ocho vídeos con conversaciones mantenidas con vecinos y vecinas de los barrios de Loiola, Txomin Enea y Martutene. Habitantes como Garbiñe, Maite, Josetxo... que quieren ser escuchados y contar la historia de estas zonas de la capital guipuzcoana, que muchas veces quedan en el olvido.
La visita por medio de audiovisuales comienza con Loiola, lugar en el que se debate sobre el devenir del barrio, la inmigración, el futuro de los cuarteles… Un joven entrevistado habla del decaimiento de las fiestas. Otro vecino teme que Loiola pueda convertirse en barrio dormitorio por falta de dinamización social. Y entre eso, dice, hay que elegir: "O estás dormido o despierto. Pero no en lugar dormitorio". Por su parte, otras vecinas del barrio aparecen en pantalla para reconocerse muy orgullosas de ser de Loiola, tanto que hasta el día de San Sebastian prefieren quedarse en él. Y es que "los de Loiola, somos muy de Loiola", subrayan.
Pero no todo han sido buenos momentos, y eso lo conoce bien la gente mayor del barrio. En este rincón donostiarra se han vivido muchos momentos convulsos como cuando fueron llegando los militares a los cuarteles de Loiola, acompañados de sus familias.
Txomin Enea también aparece en la exposición, con su movimiento vecinal. La juventud está dispuesta a tomar el relevo de la veterana asociación e intenta una mayor relación con el Ayuntamiento para dialogar sobre las futuras viviendas.
En la última parte de uno de los vídeos, una vecina habla de su experiencia durante los años que trabajó como voluntaria en la cárcel de Martutene. "Trataban fatal a los internos. Recuerdo a un enfermo que andaba con pañales y ni se los cambiaban, rodeado de vómitos… así no se trata a una persona. A estos enfermos hay que excarcelarlos y llevarlos a un centro", comenta. "En la cárcel siempre gana el funcionario, nunca el interno: es un mundo tenebroso", añade. La misma protagonista recuerda con cariño la figura del párroco Jose Manuel Treviño, que recogía en su casa a chavales del Proyecto Hombre para ayudarles.
El trabajo se ha presentado con la intención de que la gente del barrio reflexione y se cuestione su relación con el entorno más cercano. Ir extendiendo este proyecto por los barrios de modo que vayan configurando un foro de recuperación del pasado es lo que quiere conseguir el Grupo de Participación Ciudadana.