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De papel

Proyectos estratégicos prometidos hace 4 años siguen sin ejecución

De papelFoto: n.g.

"EL objetivo es que en 2013 Tabacalera esté triunfando como Centro Internacional de la cultura visual, que 10.500 nuevas familias tengan resuelto su problema de vivienda con las promociones municipales hoy en marcha, que el Tren de Alta Velocidad haya revolucionado las comunicaciones con San Sebastián tras su llegada a la Estación de Atocha, que todos los barrios donostiarras dispongan de los equipamientos básicos, que San Sebastián sea conocida como la ciudad de los parques y de las políticas solidarias con las personas, que la paz sea una realidad sin vuelta atrás…"

Con esas palabras rubricaba el equipo de gobierno liderado por Odón Elorza sus compromisos para la legislatura que está a punto de concluir. Más recientemente, en marzo de este mismo año, el grupo de concejales del PSE-EE envió a todos los hogares donostiarras una revista en la que el alcalde repasaba su gestión en estos últimos cuatro años. Aunque lo cierto es que junto con muchas de las obras y proyectos efectivamente ejecutados, faltaban por incluir algunos de los compromisos adquiridos hace cuatro años que siguen existiendo sólo sobre el papel o que han desaparecido de la agenda del Gobierno donostiarra.

La crisis económica ha afectado a algunos de manera definitiva y ha obligado a redimensionar otros, como Tabakalera, en este caso, un proyecto interinstitucional en el que sí participa el Ayuntamiento con otras administraciones. También la gestión municipal ha sido cuestionada por parte de la oposición, que denuncia el endeudamiento de las arcas y que se haya recurrido a la venta de las acciones de Naturgas para equilibrar el presupuesto.

Asimismo, la fecha de referencia para la pretendida transformación de la ciudad ha cambiado: del bicentenario de 2013 se ha pasado a mirar al 2016, año en el que Donostia aspira a ser la capital cultural europea.

infraestructuras

Grandes proyectos

Uno de los grandes proyectos que, de momento, sigue siendo virtual, es la estación de autobuses de Atotxa, la mayor asignatura pendiente de su gestión reconocida por el propio Odón Elorza. Tras el cambio de ubicación de Riberas a Atotxa, hace cuatro años, tanto el programa electoral del PSE-EE como el pacto de gobierno alcanzado con EB-Aralar (hoy Alternatiba-Aralar) prometían la puesta en marcha de esta infraestructura en la pasada legislatura.

Sin embargo, tras varios retrasos y cambios motivados por la situación económica y dirigidos a garantizar que el concurso para construirla y gestionarla no acabara desierto, hace sólo unas semanas que se ha conseguido firmar la adjudicación de las obras que no arrancarán, según lo prometido, hasta finales de este año. Si no hay muchos más retrasos, sí parece que podría ser una realidad al final de esta próxima legislatura.

Entre los grandes proyectos que se han quedado en papel mojado estaría, también, el tranvía por el que apostaba el equipo liderado por Elorza hace cuatro años. Los fotomontajes de los vagones circulando por la calle Urbieta han dado paso a los planos con un trazado alternativo del Topo por Ondarreta y La Concha, que atravesaría, de manera soterrada, el Centro de la ciudad y para el que el alcalde propone, incluso, una lanzadera hasta Egia. Todo ello dentro del proyecto denominado Metro de Donostialdea que promueve el Departamento de Transportes del Gobierno Vasco, también en manos socialistas. El resto de partidos piden mayor concreción en el proyecto.

Otro de los debe del balance de la última legislatura se referiría a la promoción de viviendas públicas. Hace sólo unos días el candidato a alcalde por el PNV, Eneko Goia, preguntaba qué fue de esas 10.500 viviendas que se comprometió a construir Elorza hace cuatro años, en el marco de su pacto de gobierno con EB-Aralar. La crisis ha trastocado la mayoría de esas intervenciones que, de momento, siguen existiendo solo sobre el papel. Sería el caso de Auditz Akular o Txomin que, para poder arrancar, han sido reorganizadas por fases. La primera fase de ambas podría arrancar este año. Antondegi, otra gran operación proyectada en Martutene, está aún en un momento anterior y no ha avanzado en toda la legislatura.

Sí han salido adelante otras operaciones urbanísticas, como Morlans, Pagola, Puio o San Bartolomé, aunque también les ha afectado la crisis, sobre todo, en los tiempos previstos.

La situación económica, en cambio, ha pesado más, hasta el punto de rechazar el proyecto, en el caso de la reorganización de las dependencias municipales que se preveía hace cuatro años y que comenzaba por construir un levante sobre el palacio Goikoa, una de las primeras actuaciones que resultó suspendida.

interinstitucional

Tabakalera y Mompás

Entre los grandes proyectos previstos para Donostia que siguen sin ejecutarse también estarían otros en los que el Ayuntamiento participa, aunque sea con otras instituciones. El caso de Tabakalera llama la atención. Las obras arrancaron apenas hace unas semanas, después de un tumultuoso proceso de crisis en el que no faltaron las filtraciones del alcalde. El proyecto acabó con un planteamiento redimensionado y con la dimisión de su director.

La llegada del Tren de Alta Velocidad a Donostia, prevista en la campaña de hace cuatro años, tampoco tiene fecha aún. Sí la tiene, la de este año, la compra de los terrenos de la yeguada militar de Lore Toki. Elorza firmó hace unas semanas el acuerdo con el Ministerio de Defensa, aunque la actuación para revertir esos espacios a la ciudad tendrá que esperar a la próxima legislatura.

Lo mismo que en el caso de la pasarela de Mompás, uno de los proyectos catalogados como estratégicos por el alcalde, aunque no exento de polémica. Podría comenzar a ejecutarse este año, después de que el Gobierno central incorporara una partida de 1,5 millones de euros con ese fin en los presupuestos de este año. Prevé destinar 7,5 millones más en los próximos dos años a esta actuación, bastante cuestionada en estos tiempos de recortes y crisis.

por barrios

De Pescafría a Carlos I

Los barrios donostiarras han sufrido importantes transformaciones estos cuatro años. El centro cívico de Intxaurrondo se inaugurará este verano, Aiete estrenó a finales del año pasado su casa de cultura bajo el palacio, la plaza de Benta Berri se ha renovado, se entregaron las VPO y viviendas libres de Nerecan en Altza, Riberas de Loiola continúa creciendo (aunque más lentamente, como consecuencia de la crisis), los aparcamientos de la plaza de Cataluña y Cervantes se abrirán en breve, se han inaugurado el parque de Ametzagaina y el Jardín de la Memoria, Herrera tiene un nuevo vial de salida y se ha reformado el espacio central de La Bretxa, entre otros. Muchos de ellos, gracias a la mayoría absoluta de PSE-EE y Aralar-Alternatiba que ha funcionado a lo largo de esta legislatura. Aunque hubo más compromisos importantes que, cuatro años después, siguen sin materializarse.

Uno de los que tienen en la cabeza los altzatarras es el de Pescafría, donde estaba previsto construir viviendas protegidas, un nuevo polideportivo, una zona comercial, cinco plantas subterráneas de garajes y, también, nuevas dependencias de la Policía Municipal. Esta operación era complementaria a la de Nerecan aunque, de momento, el gran solar permanece tal y como estaba y no parece que se vaya a actuar en él a corto plazo. La sede de la Guardia Municipal para la zona Este de la ciudad parece, además, caerse de los propósitos de Elorza, que ha manifestado esta semana que abrir nuevas dependencias policiales incrementa notablemente los gastos.

También muestran preocupación los vecinos de Loiola cuando miran la zona de Ciudad Jardín. Aprobado el Plan General de Ordenación Urbana el año pasado, esta zona se dejó a la espera de aprobar un plan especial para su urbanización. De momento, siguen a la espera de ese plan, aunque una iniciativa vecinal ha emprendido, recientemente, un concurso de ideas junto con la Escuela de Arquitectura de la UPV para jóvenes arquitectos. El Ayuntamiento ha anunciado que tomará en cuenta las propuestas de este concurso.

Un certamen similar se celebró hace meses en Herrera, promovido por la asociación de vecinos. Plantearon ideas para regenerar varias zonas concretas del barrio. Herrera sí ha vivido intervenciones importantes estos cuatro años y sigue padeciendo las consecuencias de los largos trabajos para desdoblar la línea de EuskoTren y construir una estación soterrada, aunque los vecinos denuncian que no se ha contado con ellos para minimizar los efectos de las obras ni a la hora de definir proyectos como el del vial de Txingurri.

También son los vecinos los que en Aiete llevan tiempo movilizándose y reclamando un ambulatorio en el barrio, un proyecto por el que Elorza ya se comprometió a trabajar hace cuatro años y que sigue sin materializarse. Tampoco ha visto la luz el funicular que planteó el equipo de Gobierno para unir la zona de Otxoki, en Intxaurrondo, con Loiola.

Al otro lado del río, los vecinos de Amara Berri siguen esperando la tan ansiada y prometida bulevarización de Carlos I, aunque, abierta la Autovía del Urumea, parece que por fin ha arrancado el proceso y que las tres instituciones implicadas (Gobierno Vasco, Diputación y Ayuntamiento) estudian ya las posibles soluciones.

Precisamente, la falta de participación ciudadana en los proyectos de los barrios y otros de carácter estratégico han sido una de las críticas que la oposición ha hecho a la gestión municipal de estos cuatro años. También han coincidido en denunciar la falta de transparencia y de información del equipo de gobierno.