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El nuevo cerro, entre Arroka y Mandela

700 amaratarras piden que la plaza principal del nuevo San Bartolomé se bautice como Arroka, un nombre que forma parte del pasado de Amara Zaharra y que quieren conservar como parte central de su futuro.

El nuevo cerro, entre Arroka y MandelaFoto: i. azurmendi

"NELSON Mandela claro que se merece una plaza y nosotros mismos nos comprometemos a defender que tenga una en la ciudad. Pero esto es Arroka", declara uno de los miembros de la asociación de vecinos Amara Bai. En poco más de un mes han logrado reunir unas 700 firmas en un barrio de 3.000 vecinos para pedir al Ayuntamiento de Donostia que rectifique y que la plaza que se creará en el nuevo San Bartolomé conserve el nombre Arroka.

Con la transformación que sufrirá todo el cerro, desaparecerá casi en su totalidad el callejón que, en la actualidad y desde el año 1947 de manera oficial, se denomina Arroka. Tras la reurbanización quedarán en pie unos pocos metros de esta calle y el resto desaparecerá para dar cabida a un nuevo espacio que tendrá una plaza principal que el Ayuntamiento ha decidido bautizar con el nombre de Nelson Mandela. Recientemente, el concejal de Urbanismo, Jorge Letamendía, explicó que expertos urbanísticos desaconsejan utilizar el mismo nombre para una calle y una plaza cercanas, por las confusiones que pudiera provocar. Pero insistió en que, "siendo precisamente conscientes de la importancia que el nombre Arroka tiene para los residentes de esta zona", el Consistorio abogó por conservar el topónimo en los pocos metros de la calle que continuará en pie en el nuevo planeamiento.

"No se trata de eso", insisten desde Amara Bai, y reclaman que el núcleo principal del nuevo ordenamiento conserve la denominación histórica de la zona. La asociación insiste en que se trata de algo simbólico, de que Arroka es parte de la identidad y la historia del barrio y que, además, los amaratarras echan en falta el gesto de contar con ellos a la hora de diseñar el futuro del barrio.

De ahí que insistan en querer expresar al Consistorio su voluntad de que el nuevo núcleo de San Bartolomé conserve el nombre Arroka. "Aún están a tiempo. Rectificar es de sabios", insisten desde la asociación.

De momento, los miembros de Amara Bai volverán a pedir la rúbrica de los vecinos en el próximo mercadillo de la plaza Easo, el primer sábado de marzo. Después, presentarán las firmas recogidas en el Ayuntamiento con la esperanza de que escuchen su planteamiento.

Amara Bai insiste en que, además de vecinos anónimos, son bastantes las asociaciones del barrio que se están implicando en reivindicar el nombre Arroka para la plaza. Por eso, está prevista una reunión con todas ellas para decidir qué otros pasos podrían dar para intentar que el Gobierno local les escuche.

En esa reivindicación cuentan ya con el respaldo de 700 vecinos y con el apoyo del párroco del barrio, Don Pablo, que ha llegado a pronunciar la palabra "sacrilegio" en un medio al hablar de cambiarle el nombre al entorno de Arroka.

historia

Época dorada a principios de siglo

"Ese pequeño territorio donostiarra que atiende al nombre de Arroca conservaba uno de los portales más curiosos que existían en la ciudad, antigua entrada de carruajes y caballerías", relataba recientemente el cronista donostiarra Javier Sada, en referencia a una de las casas que ya han derribado para proceder a la reurbanización de todo el cerro de San Bartolomé.

Sada recuerda que, oficialmente, fue en 1947 cuando el Ayuntamiento aprobó el término Arroca para denominar al callejón que ya se conocía así. El nombre se debe a un viejo caserío ubicado en la zona, propiedad de la familia Aguirrezabalaga, que se levantaba en el lugar que ahora ocupa el Club Deportivo Vasconia.

El cronista recuerda que a principios del siglo pasado Arroka fue una de las calles con mayor actividad de la ciudad: "La Fábrica de Sal de Luis Mayor Altamira, la de Baldosas de Dionisio Pintado y la chatarrería de Calvo, pasando por las fábricas de lejías y la de Calzados Tello, daban a la calle una gran actividad que alcanzó su etapa más bulliciosa cuando en 1928 se fundó el CD Vasconia".

Entre los edificios más destacados, figuró el matadero, construido hace más de 100 años, o el viejo lavadero que, estando ya en estado de ruina, cedió su lugar a la nueva iglesia del barrio inaugurada en 1961. La asociación Mundo Nuevo y Don Pablo, el párroco de toda vida, continúan trabajando allí y, también, reivindicando el nombre Arroka.