Donostia. El alcalde donostiarra, Odón Elorza, afirmó ayer que el presidente de Adif, Antonio González, le comunicó que no está interesado en utilizar los espacios de Tabakalera para construir la nueva estación del Tren de Alta Velocidad en Atotxa. "Ni el sótano, ni los 6.000 metros disponibles por el momento en Tabakalera presentan para Adif ningún interés, ni son de utilidad", declaró González, según explicó Elorza.
El alcalde se ha opuesto y ha considerado "un disparate" y "una barbaridad" la posibilidad de utilizar esos metros cuadrados liberados de la antigua fábrica para la estación del TAV, opción planteada por el PNV. "Lamento el desconocimiento del proyecto Tabakalera y las ganas de enredar que han evidenciado algunos de los representantes del PNV", añadió el alcalde, al tiempo que expuso que unir la estación del nuevo tren con los sótanos sería una manera de "cargarse el proyecto cultural".
Aunque en el texto no se especifica que se plantee la utilización de espacios de Tabakalera para la estación, el PNV logró el apoyo del PSOE en el Congreso de los Diputados de Madrid para aprobar una proposición no de ley para que la futura estación del TAV "se adecue" tanto a Tabakalera como a la estación de autobuses que se construirá también en Atotxa. El documento aprobado el pasado martes especifica que el objetivo es crear "un todo integrado" "sin afectar al proyecto cultural de Tabakalera", al tiempo que reclama la convocatoria urgente de una comisión interinstitucional que concrete cómo coordinar los tres proyectos.
De momento, el responsable de Adif explicó a Elorza en su reunión de ayer que está previsto convocar un concurso público de proyectos para esa estación del TAV en julio de este año, y que buscará la integración con Tabakalera y la intermodalidad con la de autobuses. La obra podría estar finalizada para el año 2015, según las previsiones que maneja Adif.
Marquesina Por otro lado, la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública reclamó ayer que a la hora de diseñar la nueva infraestructura se conserven los valiosos elementos de la estación actual, como la marquesina de hierro o la fachada que da al Urumea. "La conservación de la marquesina de una estación ferroviaria, privada del edificio terminal, supone una absoluta descontextualización y devaluación de dicho elemento por pérdida de integridad", señala la asociación, que reclama que se proteja todo el conjunto arquitectónico.
En ese sentido, Elorza confirmó que se mantendrán la marquesina y la vieja estación para el servicio de Cercanías de Renfe. También señaló que la obra no afectará a los vecinos de las casas próximas a las vías.