La fiesta huye del Centro
Amstel sortea cada día de la Aste Nagusia una exclusiva noche en la isla
Donostia. Lejos del bullicio de la ciudad, la Aste Nagusia 2010 también tiene otra cara. Más allá de las calles abarrotadas de donostiarras, guipuzcoanos y turistas que llegan a la ciudad con ganas de disfrutar con las actividades festivas, este año, por primera vez, la Semana Grande se ha escapado del Centro.
Como novedad en 2010, la isla Santa Clara se ha convertido en el enclave elegido por la empresa cervecera Amstel una de las patrocinadoras de las fiestas donostiarras para organizar cada día de la Aste Nagusia una pequeña fiesta privada.
Música en directo, deliciosa degustación de algunos de los productos más selectos de nuestra gastronomía, barra libre de cerveza y una espectacular vista nocturna de la bahía de La Concha y los fuegos son los mejores reclamos de esta iniciativa, a la que tan sólo pueden acudir 50 personas privilegiadas por día, bien por invitación de los organizadores o por sorteo, que se está llevando a cabo a través de Facebook o de los rasca en los puntos de venta Amstel autorizados. Este periódico pudo adentrarse en esta nueva aventura el pasado domingo, y pudo comprobar en vivo cómo disfrutaron los primeros invitados del evento.
En barco hasta la isla Una pequeña embarcación con los 50 pasajeros partió a las 21.30 horas del domingo desde el puerto, rumbo al promontorio. Cinco minutos después arribaban a Santa Clara. Nada más descender del barco, un ambiente acogedor, una tenue luz, pompas de jabón y el sonido de las olas envolvieron a los invitados, que pudieron degustar al poner pie en tierra firme una cerveza bien fresca.
A escasos metros del embarcadero, esperaba a los invitados una terraza instalada junto al bar de Santa Clara, a la que fueron pasando y tomando sitio en las mesas dispuestas para la ocasión.
Para acompañar la cerveza, además, sirvieron un completo cóctel cuidadosamente confeccionado. Los invitados degustaron, entre otros, cecina de León servida con hogazas de pan biológico, sopa fría de tomate con queso Idiazabal, croquetas caseras de jamón, pimientos del piquillo rellenos, chuleta a la parrilla, sopa fría de fresas, frambuesas y grosellas con crema helada de yogur bio y torrija empanada de yemas de huevo y nata fresca.
Cuando los comensales todavía disfrutaban de los manjares se escuchó el estallido del primero de los cohetes que anuncian el inicio de los fuegos artificiales. Fueron muchos los que, para poder disfrutar del espectáculo pirotécnico desde este enclave único, se acercaron hasta el embarcadero de la isla, desde donde el color y el sonido de los cohetes se apreciaban con intensidad.
Las explosiones de los cohetes dieron paso a la música, que corrió a cargo del líder de la formación musical La casa azul, Guille Milkiway, y Dj. Amable, que consiguieron llenar la pista de baile al ritmo de populares melodías de Abba, Pulp y The Cure, entre otros. Hubo también quien prefirió aprovechar la tranquilidad de la isla Santa Clara para dar un paseo nocturno.
El barco de vuelta al puerto partió desde el promontorio a la 1.00 hora, una noche que a buen seguro se le hizo corta a más de uno. De todas formas, los más marchosos pudieron continuar con la fiesta de vuelta a la ciudad.