Donostia. Los organizadores del concurso de tortilla de patatas de Semana Grande se quedaron ayer boquiabiertos al ver a la multitud que aguardaba en las inmediaciones de La Perla para entregar sus platos. Seguramente preveían superar las 187 inscripciones del año pasado, sobre todo después de anunciar que entregarían un bono de regalo para La Perla a cada participante. Pero seguro que ni sus mejores estimaciones se acercarían a las 607 personas que se llegaron a contabilizar.

Los más previsores, como la alemana Anne Neff, entregaron sus platos a las 11.00 horas, pero a medida que las agujas del reloj se acercaban al mediodía, el tumulto fue creciendo y creciendo hasta ocupar varios tramos del paseo de La Concha. Tal y como se anunció, los primeros en llegar recibieron in situ el bono de La Perla y un reloj de regalo, pero la mayoría se tuvo que conformar un papel que contenía el número de teléfono al que podrá llamar a partir de hoy para recibir el regalo.

Hasta prefabricadas Pequeñas, grandes, tostaditas, en platos de colores, con mahonesa, adornadas con verduras... pese a que Juan Mari Arzak advirtiese que las mejores tortillas son las simples, la decoración que utilizaron los participantes fue una de las claves para atraer la atención del jurado. Sin embargo, hubo quien siguiendo la ley del mínimo esfuerzo, se presentó con tortillas compradas en restaurantes e, incluso, se rumoreó que hubo quien compró tortillas prefabricadas en el supermercado con el único propósito de hacerse con una entrada para La Perla.

Ése no fue el caso de Anne Irigoien y su novio Daniel, que prepararon dos tortillas: una con cebolla y otra con pimiento verde. "Él tiene esperanzas de ganar, pero yo me conformo con las entradas de La Perla", señaló la joven. Anne Neff tampoco creía poder ganar, aunque apuntó que su suegra tenía más probabilidades "porque la tortilla es su especialidad y cocina muy bien".

El jurado, que estaba compuesto por reputados cocineros como Juan Mari Arzak, Martín Berasategui, José Juan Castillo, David de Jorge y Joxean Aizmendi, entre otros, no dudó demasiado a la hora de decantarse por el ganador porque, según Arzak, "a la hora de elegir lo mejor siempre hay consenso". La anécdota del día se produjo cuando anunciaron que el número ganador era el 266 y ningún asistente lo reclamó. Los organizadores intentaron dar con el premiado, pero resultó imposible, por lo que decidieron otorgar el primer premio a la segunda mejor, el número 220. Las dos hermanas que la cocinaron disfrutarán de un viaje a Canarias.