- El verano de 2021 parecía que iba a ser el más igualado de los últimos años en el remo femenino, y las previsiones no fallaron. La igualdad entre todas las participantes ha sido máxima, hasta llegar al punto de tener que decidir cuál sería la ganadora de la Liga Euskotren en un empate a puntos. La Concha, por su parte, no fue menos y cada una de sus jornadas se decidió por una diferencia de menos de dos segundos. Y aunque sea difícil dominar entre tanta igualdad, Arraun Lagunak lo ha conseguido y este curso ha sido probablemente el mejor de la historia para el clubArraun Lagunak.

Las remeras de Juan Mari Etxabe llegaron a las primera jornadas de la temporada después de haber realizado una gran pretemporada, y sus rivales ya estaban puestas en aviso. A partir de ese momento, y aunque la inexperiencia les pudo haber jugado malas pasadas, su dominio fue claro jornada tras jornada. En las regatas en las que la Lugañene no ha conseguido ondear la bandera, ha estado en la pelea por hacerlo hasta los últimos metros, y como viene siendo habitual en el mundo del remo, la regularidad lleva al triunfo. Su disputa con Orio se ha trasladado a diferentes territorios del Cantábrico y a diferentes campos de regateo, pero su superioridad ha salido intacta de todos los escenarios.

Tal ha sido la regularidad de las donostiarras, que además de ganar seis banderas de la Liga Euskotren, también se han proclamado campeonas de Gipuzkoa y de Euskadi. Todas las victorias obtenidas durante la temporada propiciaron que Arraun Lagunak llegase en plena forma a la bandera de La Concha. Y confirmaron su dominio por todo lo alto. El desenlace de la temporada para la Lugañene no pudo ser mejor: Fue la trainera más rápida de la jornada clasificatoria, de la primera jornada de la bandera y de la segunda. Batió el récord de un domingo y de la suma de los dos, y se llevó la bandera. Una Concha de ensueño para una embarcación que comienza a hacer historia.

Su gran rival ha sido Orio, y a pesar de arrancar la temporada como vigente campeona de la liga y de la gran bandera, fue destronada por completo. La Txiki sufrió varios cambios significativos al final del verano pasado, pero manteniendo su bloque principal y con la experiencia necesaria, todo hacía presagiar que su lucha estaría en los puestos más altos de la tabla. No fue de otra manera, y plantando cara a la que parecía la gran favorita, Orio llegó a acercarse a la corona de campeona en una Ikurriña de Zarautz que ganó para terminar el curso empatada a puntos con Arraun. Las remeras de Santi Zabaleta han cerrado un gran verano, y a pesar de las adversidades, han estado en la pelea de la liga, de los campeonatos, y también de La Concha, en la que no pudo cerrar la remontada necesaria. No obstante, y aunque las oriotarras no hayan ganado tanto como les habría gustado, su dominio sobre Donostiarra y Hondarribia ha estado a la altura de la gran campeona del verano.

Cambio de rol

Después de haber cerrado un gran verano en 2020 y sumar varias incorporaciones a su trainera, Donostiarra ha visto cómo el paso del verano le ha hecho cambiar de rol. El dominio de Arraun y Orio obligó después de las primeras regatas a cambiar su lucha: de pelear por los triunfos, pasó a pelear por el tercer puesto y tratar de dejar atrás a Hondarribia. A pesar de su gran nivel, y de que consiguió ondear una bandera liguera, las donostiarras no han disfrutado del último verano como les habría gustado, pero las grandes favoritas han bogado a un nivel inalcanzable. Y Hondarribia, además, puso contra las cuerdas a las donostiarras durante varias jornadas mandándolas al cuarto y último puesto. Pero Donostiarra reaccionó a tiempo, y finalmente se impuso con claridad ante unas hondarribiarras que llegaron con menos fuerzas a la recta final.

Adiós a la elite

El nivel de la Liga Euskotren ha crecido notablemente en las últimas temporadas, y eso lo ha sufrido Hondarribia desde que llegase a ella. Quizás por falta de experiencia, por juventud o por no conseguir adaptarse, la Ama Guadalupekoa ha pasado todas las temporadas en la elite luchando por no ser el farolillo rojo. Y el desenlace de todas ellas ha sido el mismo: Hondarribia sería participante del play-off por la permanencia. Iker Cortés plantó este año en el agua una tripulación que parecía bogar más rápido que la de años anteriores, pero la carga acumulada fue demasiada para llegar con fuerzas al tramo decisivo del curso. Después de La Concha, llegó el play-off, y una Tolosaldea con mucha hambre supero a las verdes para dejarles fuera de la elite cuatro temporadas después. Eternas sufridoras, las pupilas de Iker Cortés cerraron así el pasado domingo una bonita etapa, que quizás se vuelva a retomar en el verano de 2022.

Tras la disputa del ‘play-off’, Tolosaldea sustituirá a Hondarribia en la máxima categoría la próxima temporada