a apuesta por los vehículos eléctricos cada vez está más presente en el mundo de la competición del motor. Los Mundiales de Fórmula E y Moto E son dos apuestas claras por este modelo y la Fórmula 1 tampoco se queda atrás desde que inició en 2014 la famosa era híbrida. Ahora es el turno del Dakar y Audi, que retorna a la competición, ha sido la marca que se ha atrevido a dar el paso. Ya en 2017 el Acciona 100% Ecopowered hizo historia al ser el primer coche eléctrico en terminar la prueba. Aunque lo hizo sin ninguna aspiración clasificatoria y la escudería alemana quiere ir más allá y lograr ser el primer vehículo de impulsión exclusivamente eléctrica en conquistar el Dakar. Su rendimiento es una incógnita, pero lo que es seguro es el nivel de sus pilotos. Stéphane Peterhansel y Carlos Sainz ya saben lo que es brillar en esta prueba y estarán acompañados por Mattias Ekstrom, ganador del Pure ETCR, competición de turismos eléctricos.

El Audi RS Q e-tron es un coche que ha revolucionado completamente el Dakar. Es un salto enorme a nivel tecnológico y el paso definitivo a la entrada de los motores de impulsión eléctrica. Su presencia incluso ha provocado que la normativa técnica haya tenido que ser modificada. Este vehículo cuenta con una enorme batería que da fuerza a sus dos motores eléctricos, uno en cada eje, y luego tiene un tercer motor de explosión convencional que da una electricidad extra a la batería y así aumenta su autonomía. Esto permite que solo necesite aproximadamente 300 litros para completar una etapa del Dakar, un poco más de la mitad de lo que requieren los Toyota o los Prodrive, sus principales rivales.

Diferentes maneras de impulsar los motores, pero prácticamente el mismo resultado. El Audi RS Q e-tron alcanza los máximos caballos permitidos por la FIA, algo menos de 400. Sin embargo, no todo son ventajas para la marca alemana. El peso extra de las baterías hará que pese 100 kilos más que sus principales competidores y solo llevará un amortiguador por rueda, a diferencia de los dos habituales, algo que puede resultar definitivo ante los numerosos impactos que sufrirá el vehículo durante el Dakar. Desde Audi tenían la esperanza de que la FIA les permitiera más potencia por su peso extra, pero no ha sido así ya que se considera que están igualados debido a que el Audi tiene más empuje a revoluciones bajas.

Este proyecto es un atractivo para dos de los mejores pilotos de la historia: Peterhansel y Sainz. Sin nada que demostrar ya, han encontrado en el reto de Audi un objetivo que les llena de ilusión. “Este nuevo proyecto es uno de los más importantes en los que he estado desde que empecé a correr por la complejidad que supone dar el paso a competir con este coche híbrido con una motorización eléctrica en una prueba como el Dakar. En ese sentido es apasionante y a estas alturas de mi carrera es lo suficientemente motivante como para que lo aceptara y esté orgulloso de formar parte de ello”, apuntó el Matador.

Este es un reto que va más allá de lo deportivo, es la oportunidad de cambiar la manera de afrontar las competiciones. De iniciar una era de menos consumo de gasolina y acercarse cada vez más a los vehículos 100% eléctricos. “Hemos calculado que si logramos terminar el Dakar, habremos ahorrado cerca de un 40% de carburante, algo muy interesante si lo trasladamos a escala planetaria. La curiosidad de ver esa evolución era demasiado intensa y este es mi último gran reto. Y si encima consigo ganar con un vehículo eléctrico, pues ahí queda eso”, afirmó Peterhansel. La motivación de Audi y sus pilotos es máxima y será a partir del 1 de enero cuando empezará a comprobarse si las nuevas tecnologías están a la altura de la exigencia del Dakar.

El Audi RS Q e-tron consume un 40% menos de gasolina que el resto de principales candidatos a la victoria

El vehículo de la fábrica alemana tiene la misma potencia que los Toyota o los Prodrive, pero pesa unos 100 kilos más