- Este 2021 se cumplen 101 años desde que los primeros deportistas guipuzcoanos compitieron en unos Juegos Olímpicos. Desde aquel debut, nuestro territorio ha contado con más de 160 representantes en 21 ediciones del mayor evento deportivo mundial, y 26 de ellos, además, han conseguido al menos una medalla olímpica que les sitúa entre los mejores de la historia en su modalidad. Pero más allá del éxito deportivo que supone estar presente en unos Juegos, la participación guipuzcoana también ha deparado numerosas anécdotas, desde un errenteriarra que acabó siendo parte del equipo de fútbol de la Unión Soviética al único deportista del estado que ha competido en unos Juegos de verano y en otros de invierno.

Luis Omedes Calonja

Olímpico en invierno y en verano

Luis Omedes Calonja tiene el honor de ser el único deportista del estado que ha participado en Juegos Olímpicos de verano y de invierno. Nacido en el entonces municipio de Altza en 1938, con tan solo catorce años fue el abanderado de España en la edición de Helsinki, en 1952, donde ejerció como patrón de un cuatro con timonel que tuvo un discreto papel. Omedes provenía de una destacada familia de deportistas catalanes que se quedó atrapada en Euskadi al inicio de la Guerra Civil, lo que motivó el nacimiento del futuro olímpico en esta tierra. Tanto su padre, Luis Omedes Sistachs, como su hermano Juan fueron remeros y compitieron también en diferentes citas olímpicas.

El deportista donostiarra, apasionado también del tenis y el hockey, volvió a un torneo olímpico en 1968. Un año antes, el Comité Olímpico Español había tratado de impulsar el bobsleigh y el luge para contar con una representación en la edición que iba a tener lugar en Grenoble, y Omedes se interesó por esta última disciplina. Así, con 30 años y con apenas unos meses experiencia, acabó compitiendo en la prueba de luge, donde terminó en el puesto número 45 de un total de 50 participantes.

Agustín Gómez Pagola

El olímpico soviético que nació en Errenteria

Entre la larga lista de deportistas olímpicos guipuzcoanos, el nombre de Agustín Gómez Pagola destaca como el único que acudió a unos Juegos bajo la bandera de un país distinto a España. Y es que el futbolista errenteriarra formó parte de la selección de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1952. Su vida, no obstante, estuvo marcada tanto por su trayectoria deportiva como por su activa militancia comunista en plena dictadura franquista.

Gómez Pagola nació en Errenteria en 1922. En plena Guerra Civil (1936-1939), cerca de 37.000 niños fueron evacuados desde los territorios de la República hacia países en paz para tratar de evitarles los horrores del conflicto. Fueron los llamados Niños de la Guerra o Niños de Rusia, y el futuro futbolista fue uno de ellos. El errenteriarra recaló en Ucrania, y cuando comenzó a destacar en el balompié se incorporó al Krylia Sovétov moscovita, desde donde pasó a las filas del Torpedo de Moscú, con el que ganó la Copa de la URSS en 1952. Ese mismo año, el defensa fue elegido para formar parte de la primera selección soviética de fútbol que acudió a unos Juegos, en Helsinki. Gómez, sin embargo, tuvo que conformarse con estar en la lista de reservas, y no llegó a jugar un solo minuto en el torneo.

La vida del errenteriarra sufrió un giro radical en 1956. El régimen de Franco permitió entonces el regreso de varios exiliados y Gómez Pagola pudo volver a su tierra natal. Militante comunista convencido, el guipuzcoano quiso aprovechar como tapadera su trayectoria deportiva para formar parte de la dirección del Partido Comunista de España. El defensa contactó con la Real, con el Real Madrid -que se había mostrado interesado en ficharlo- y con el Atlético para incorporarse a sus filas, e incluso llegó a jugar un partido de prueba con el conjunto rojiblanco, pero no ofreció una buena actuación. Con 34 años, no logró incorporarse a ningún club de elite y acabó instalándose en Euskadi y ejerciendo como entrenador de equipos como Real Unión o Tolosa, donde llegó a entrenar a Periko Alonso. Paralelamente, Gómez fue nombrado secretario general del Partido Comunista de Euskadi en la clandestinidad.

En 1961 fue detenido y torturado por la policía franquista. Su encarcelación supuso un conflicto diplomático con la URSS, y finalmente fue liberado. Instalado en París, prosiguió con su actividad política en el PCE. Su enfrentamiento con Santiago Carrillo, secretario general de la formación, ocasionó que fuera expulsado de la dirección del partido en 1969, pero continuó siendo un militante activo hasta su muerte, en 1975, unos días antes del fallecimiento de Franco.

Ignacio Izagirre

Un duro debut en un torneo internacional

Ignacio Izagirre -conocido como el nombre de su caserío, Upai- se convirtió en el primer representante del atletismo estatal en un torneo olímpico. Fue en los Juegos de Amberes, en 1920. El elgoibartarra era uno de los trece guipuzcoanos que acudieron a la ciudad belga para medirse con los mejores deportistas internacionales.

El 15 de agosto de aquel año, Izagirre hizo historia con una modesta actuación en el lanzamiento de jabalina. Con una marca de 38,92 metros, fue vigésimo tercero en una primera ronda de 25 participantes. La modalidad estaba dominada entonces por los atletas finlandeses, que coparon las cuatro primeras plazas de la final.

Dos días después de su debut, el elgoibartarra compitió también en el lanzamiento de peso, pero las cosas no le fueron mucho mejor. Con una marca de 11,235 metros, fue el 17º de un total de 20 atletas, y tampoco pasó a la final. Tras soltar la bola, Upai solía gritar "¡Por mi novia!". Izagirre también tenía previsto competir en el lanzamiento de disco, pero no llegó a participar.

El elgoibartarra no se esperaba unos resultados tan discretos, y el nieto del atleta, Jose Inazio Izagirre, relató así al escritor Miguel Calvo la sorpresa de su abuelo : "Por aquel entonces ni siquiera tenían ninguna información del resto de países. Cuando llegaron a Amberes no daban crédito a lo que veían. Mi abuelo simplemente cogía la bola o la jabalina y la tiraba a su manera, sin nada de técnica prefijada, y allí se encontraron con aquellos atletas del norte tan fuertes, tan entrenados y con todo tan estudiado. Fue una experiencia única en la que pudo aprender muchísimo, pero él siempre recordaría los Juegos Olímpicos con esa mezcla de enfado y decepción. Imagínate. Él, que hasta entonces no encontraba nunca rival en todos los pueblos de alrededor y que estaba acostumbrado a ser siempre el más fuerte. Había viajado convencido de que nadie le podría ganar en aquel campeonato. Inevitablemente fue un duro golpe a su orgullo".

Izagirre no se desanimó por la experiencia de Amberes, y acabó logrando cinco títulos estatales en lanzamiento de peso, cuatro en disco y dos en jabalina, con seis récords incluidos. En Tokio, 101 años después, Odei Jainaga tomará el testigo de Izagirre en la prueba de jabalina.

1924, 1968 y 1992

Pelota vasca y también olímpica

La pelota vasca, y en concreto, la cesta punta, dio al deporte estatal su primera medalla de oro en unos Juegos Olímpicos en París, en 1900. El alavés José de Amezola y el madrileño Francisco de Villota fueron proclamados campeones por la incomparecencia de la otra pareja inscrita en el torneo. Desde entonces, la pelota vasca no ha vuelto a formar parte del programa oficial de ninguna cita olímpica, pero sí ha sido un deporte de exhibición en 1924, de nuevo en París, en México en 1968, y en Barcelona, en 1992.

El torneo de 1924 incluyó las modalidades por equipos de mano, pala corta y cesta punta, y entre los campeones siempre hubo al menos un guipuzcoano. En la modalidad de mano, el tolosarra Félix Gastesi compitió en un torneo que enfrentó a dos tríos entre sí; el palista hernaniarra Javier Adarraga venció en la final por parejas; y en la competición de cesta punta ganaron Aquilino Sagarna, Benedicto Santamaría y José Andrés Gárate, y todos ellos, al parecer, eran residentes en Villabona.

Adarraga fue el fundador de la Federación Riojana de Pelota, y el principal frontón de Logroño lleva su nombre como homenaje. El hernaniarra, además, fue tío del atleta Juan Bautista Adarraga, que participó en los Juegos de Londres en 1948.

Agustín Eizaguirre

Mejor en casa que en el banquillo

Agustín Eizaguirre destacó bajo la portería de la Real Sociedad entre 1912 y 1925. El zarauztarra estaba considerado como uno de los mejores guardametas de aquella época, y estuvo entre los elegidos para disputar el primer torneo internacional en el que participó la selección española: los Juegos Olímpicos de Amberes, en 1920. Eizaguirre, que contaba entonces con 22 años, se perfilaba como titular para ocupar la portería en el primer partido internacional del equipo español, frente a Dinamarca. Sin embargo, el cuerpo técnico de la selección, entre el que se encontraba el donostiarra José Berraondo, apostó por Ricardo Zamora, que comenzó entonces a construir su leyenda como uno de los mejores porteros del fútbol español. Apenas unas horas después de este primer choque, ante la titularidad de Zamora, Eizaguirre tomó la decisión de regresar a casa. El zarauztarra abandonó así los Juegos y se quedó sin jugar en el torneo olímpico. Nunca llegó a debutar con la selección española. Sí jugó, en cambio, con la selección vasca que realizó una gira por Sudamérica en 1922 para enfrentarse a varios combinados argentinos, uruguayos y brasileños.

Agustín Eizaguirre, además, fue padre de otro gran guardameta de la Real, Ignacio Eizaguirre, que participó en el Mundial de 1950. Cuenta la leyenda que Agustín propició que su hijo jugara un partido regalando unas morcillas al portero titular, que se empachó y, al no poder salir al campo, fue sustituido por Ignacio.

Blanca Lacambra

La primera participación femenina

Hubo que esperar hasta la vigésimo cuarta edición de los Juegos para ver competir a una deportista nacida en Gipuzkoa. Las atletas Blanca Lacambra (Donostia, 1965) y Maite Zuñiga (Eibar, 1964) fueron las pioneras en la edición de Seúl, en 1988. Ambas, afincadas desde su niñez en Vitoria, fueron un referente del atletismo estatal en los años 80 y 90 del pasado siglo. Lacambra fue la primera en debutar, un 23 de septiembre en la prueba de 400 metros, y logró avanzar hasta los cuartos de final. Zuñiga, por su parte, llegó a clasificarse para la final de los 800 metros, donde acabó en la séptima posición. La atleta nacida en Eibar también compitió en los Juegos de 1992 y 1996. En la cita de Barcelona, la representación femenina guipuzcoana fue mucho más abundante, con once deportistas entre las que destacaron las tres campeonas del torneo de hockey: Maider Telleria, Nagore Gabellanes y Teresa Motos.

Los Juegos y La Concha

Las dos 'olimpiadas' del remo

La Bandera de La Concha no es solamente la regata de traineras más importante del año. Miles de aficionados aguardan esta cita durante toda la temporada, y los vencedores pasan a la historia de este deporte. Y es que la prueba donostiarra envuelve con su propia leyenda todo lo que le rodea. Para exaltar su grandeza, hace décadas cronistas y seguidores calificaron esta regata como La Olimpiada del Remo. Pero solo un puñado de remeros han tenido la oportunidad de bogar en La Concha y de participar también en unos Juegos Olímpicos.

Entre quienes estuvieron en ambas olimpiadas figura Luis Mari Lasurtegi, que pudo conocer el éxito en los dos escenarios. El pasaitarra, junto a Fernando Climent, ganó la medalla de plata en la regata de dos sin timonel de Los Ángeles en 1984, logrando así la única presea del remo estatal en unos Juegos Olímpicos. Lasurtegi también obtuvo una cuarta plaza con el cuatro con timonel en Moscú, en 1980, y volvió a competir en la prueba de dos sin timonel en los Juegos de Seúl, en 1988. Antes de acudir a la cita surcoreana, Lasurtegi formó parte de la tripulación de San Juan que ganó en La Concha en 1986 batiendo varios récords de la prueba.

Un nombre tan ligado a la historia de la Bandera de La Concha como el de José Luis Korta también ha estado en una cita olímpica. El de Ortzaika ha ganado la prueba donostiarra en 16 ocasiones, bien sea como remero, patrón o técnico, pero también tuvo la ocasión de brillar en el banco móvil, y en 1980 participó en la regata de doble scull de los Juegos de Moscú, cosechando una séptima plaza que le valió un diploma olímpico.

Entre los remeros que conquistaron La Concha y estuvieron en unos Juegos destaca también Ibon Urbieta, cinco veces ganador de la bandera donostiarra con Orio y olímpico en 1988 y 1992. Uno de los últimos bogadores que estuvo en ambas citas fue Leandro Salvagno, que representó a Uruguay en los Juegos de 2004 y 2008 antes de ganar en la bahía donostiarra con Kaiku.

23

La edición de los Juegos de Barcelona, en 1992, fue la que contó con más participantes del territorio, con 23 deportistas (sin incluir a quienes compitieron en los deportes de exhibición). Cuatro años después, en Atlanta, la cifra se quedó en 19, y en 1960 hubo 21 participantes guipuzcoanos.

2

Además de numerosa, la participación guipuzcoana en el fútbol ha sido también exitosa, ya que ha dejado nueve medallistas hasta el momento. En 1920, Patricio Arabolaza, Mariano Arrate, Juan Artola, Ramón Eguiazabal, Agustín Eizaguirre, Manuel Carrasco y Silverio Izaguirre lograron una medalla de plata, y en los Juegos de Barcelona, en 1992, Mikel Lasa y David Billabona ganaron la medalla de oro.

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Cinco deportistas guipuzcoanos pueden presumir de haber ganado dos medallas olímpicas. La piragüista Maialen Chourraut conquistó el oro en los Juegos de Río de 2016, y también se colgó una presea de bronce en Londres 2012. Iker Martínez de Lizarduy y Xabier Fernández Gaztañaga, por su parte, ganaron la medalla de oro en la regata de clase 49 de Atenas 2004, y cuatro años más tarde obtuvieron una plata en Pekín. Josu Olalla e Iñaki Urdangarin también lograron sendas medallas de bronce en los torneos de balonmano de las ediciones de 1996 y de 2000.

21

Los deportistas guipuzcoanos han estado presentes en 21 de las 31 ediciones de los Juegos Olímpicos de Verano de la era moderna (tres fueron suspendidos). En total, más de 160 representantes del territorio han participado en la cita más importante del deporte mundial, de los que 26 deportistas lograron 31 medallas. Desde 1948, siempre ha habido un deportista guipuzcoano en los Juegos.

29

El fútbol ha sido el deporte que ha dado más olímpicos a Gipuzkoa. Hasta el momento, 29 futbolistas guipuzcoanos han acudido a unos Juegos. Solo el irundarra Patxi Gamborena estuvo presente en dos ediciones, en 1924 y 1928. Ese año llegó a haber trece deportistas del territorio en la selección española. También hubo un guipuzcoano en la selección soviética que participó en los Juegos de 1952, Agustín Gómez Pagola. Jugadores como Patricio Arabolaza, Paco Bienzobas, Arconada, Idigoras, Gajate, Imanol Idiakez o Agustín Aranzabal estuvieron en un torneo olímpico. Con la participación de Oyarzabal y Zubimendi en los Juegos Olímpicos de Tokio se romperá una racha de 25 años sin futbolistas del territorio.