- Dos expresiones que para algunas personas pueden resultar disonantes como son la investigación científica y la actividad cinegética son cuestiones que resultan totalmente complementarias e inseparables para Carlos Díez y Carlos Sánchez. Ambos son doctores en Veterinaria por la Universidad de León y cuentan con sendos másteres en Gestión y Conservación de Fauna Salvaje.

Con la finalidad de dar conocer “algunas de las investigaciones que llegaban a nuestras manos durante el período en el que estábamos realizando nuestras tesis doctorales relacionadas con temas de caza menor”, decidieron poner en marcha la web Ciencia y Caza. Para dar ese paso tomaron en consideración que “las investigaciones que realizábamos eran bastante interesantes y prácticas y eran publicadas en inglés en diferentes revistas especializadas, por lo que no llegaban a la gente del campo ni a los responsables de los cotos”.

Tras haber publicado algunos de sus estudios en revistas de caza decidieron dar el paso y abrir la página web www.cienciaycaza.org, que gestionan desde hace una década y que ya ha sido renovada en tres ocasiones. Uno de los primeros pasos fue añadir a los incipientes contenidos de divulgación científica y que estuviese relacionados con la caza, otras dos secciones, una de ellas dedicada a la formación online a través de un aula virtual, mientras que la otra ofrece la posibilidad de realizar consultas en una asesoría de carácter gratuito.

Los incipientes estudios tuvieron su arranque con un proyecto que desarrollaban los propios responsables de Ciencia y Caza relacionado con la caza menor que incidía en perdices, conejos y liebres. Además de la publicación de las propias investigaciones que desarrollaban, comenzaron a incorporar “otros estudios que pudiesen resultar de interés para quienes acceden a la web”, pero de forma resumida y adaptada a un lenguaje accesible para cualquier persona que tenga interés por ese tipo de contenidos.

Algunos de los más recientes están relacionados “con la gestión cinegética durante la berrea que puede ser un modo de caza selectiva, en el que se valoraba tanto el aprovechamiento como el tipo de animal que debía abatirse; con la caza científica y la ciencia ciudadana; iniciativas relacionadas con el aprovechamiento sostenible de las codornices o sobre la desaparición de la perdiz pardilla en Suiza”. Además, la web ofrece artículos de vigente actualidad periodística con enlaces a diferentes páginas especializadas en la actividad cinegética.

La oferta formativa que ofrece Ciencia y Caza a través del aula virtual tiene su origen en la comprobación de que “casi nadie ofertaba aprendizaje online”, señala Díez. A los primeros cursos se ha ido incrementando otros nuevos hasta alcanzar la quince que pueden cursarse en la actualidad y que pueden ser realizados por cada alumno al ritmo que mejor le convenga.

Además, quien se matricula en el curso dispone de un servicio de tutorialización permanente para resolver las dudas que se le puedan generar.

En estos momentos los interesados pueden inscribirse en materias tan dispares como Inspección Veterinaria y Comercialización de la Carne de Caza, Organización y Gestión de Monterías, Gestión Integral de Perdiz Roja en Terrenos Cinegéticos, Gestión Sanitaria y Control Veterinario tanto de la caza mayor como de la caza menor o Cuidados Básicos del Perro de Caza, entre otras propuestas.

El tercer eje principal de Ciencia y Caza, el servicio de consultoría, permite resolver “dudas relacionadas con cuestiones sanitarias, enfermedades e incluso las planteadas por alumnos universitarios de facultades de Veterinaria que nos preguntan por salidas profesionales, temas para realizar trabajos de fin de grado e incluso para realizar tesis doctorales”, indica Díez.

Con el convencimiento de que “la caza no es un problema para la conservación de la biodiversidad, sino parte de la solución”, tanto Díez como Sánchez sostienen además que “la investigación sin aplicación no tiene sentido” y ponen como ejemplo de ello que “la mayoría de los Parques Nacionales que existen en la actualidad en España tiene su origen en grandes cotos que eran reservas de caza que utilizaban los nobles y en los que a partir de la Edad Media se han ido conservando en buen estado porque se realizó un aprovechamiento sostenible de sus recursos”.

La propia denominación de Ciencia y Caza puede parecer contradictoria y, aunque Díez reconoce que “al principio nos miraban con cierto escepticismo”, con el paso del tiempo han conseguido “que se hable de la investigación relacionada con la caza, ya que la actividad cinegética es un recurso que hay que poner en valor y que, en determinadas circunstancias, incluso puede ser una necesidad porque puede ser compatible con el uso turístico, el agrícola o el ganadero. Pero es necesario hablar de la caza sin tapujos, como un valor más, y hacerlo siempre desde un punto de vista respetuoso”.

Por el momento la aceptación de la web, que en 2019 superó las 100.000 visitas, reporta una gran satisfacción a sus responsables, que ven posible superar a finales de este año las 130.000 visitas.

La oferta formativa a través del aula virtual de la web incluye quince cursos que cada alumno realiza al ritmo que mejor le conviene