- La UEFA está monitorizando la situación de repuntes de COVID-19 en España, pero a día de hoy las sedes elegidas para la celebración de la fase final de la Champions League femenina, Donostia y Bilbao, no corren peligro. El máximo organismo del fútbol en Europa contactó ayer con el secretario de organización estratégica y de relaciones internacionales de la Federación Española de Fútbol, Jorge Mowinckel, a fin de recabar información, sobre las próximas competiciones continentales que se celebrarán en España en las próximas fechas y la planificación sigue según lo previsto.

En cualquier caso, la UEFA continuará recabando datos para seguir la evolución de la pandemia del coronavirus en todos los países que alberguen partidos que forman parte de su competencia. Porque así como Anoeta y San Mamés serán sedes de la fase final de la Champions femenina del 21 al 30 de agosto, el Camp Nou debe acoger el día 8 de agosto el partido de vuelta de la eliminatoria de los octavos de final entre el Barcelona y el Nápoles. Igualmente, la Champions masculina tiene pendientes en Inglaterra e Italia los enfrentamientos Manchester City-Real Madrid, Juventus-Lyon y Chelsea-Bayern, también correspondientes a la vuelta de los octavos de final. A partir de los cuartos de final, la sede única será Lisboa.

Debido a la situación cambiante, la UEFA ya advirtió que "se reserva el derecho de reasignar dichos partidos a las sedes de la fase final de la competición correspondiente, en caso de que se produzcan nuevos acontecimientos que hagan imposible disputar uno o más partidos en las sedes originales". En el caso de Donostia y Bilbao, se trata de sedes finales, al igual que lo es Lisboa. No sucede lo mismo con los partidos pendientes de los octavos de la Champions masculina, que en principio se disputarán en los domicilios de cada uno de los clubes que ejercen como locales.

En el caso del Barcelona-Nápoles, la organización envió ayer un mensaje de tranquilidad al club catalán: "El partido está previsto que se juegue en Barcelona como estaba planeado. Estamos monitorizando la situación y en contacto con las autoridades locales competentes", señaló, además de transmitir que mantienen contactos permanentes con la Federación, como fue ayer con el caso de Mowinckel. Y es que la UEFA ya manifestó el pasado día 10, cuando comunicó las sedes de los partidos pendientes de sus competiciones y de las fases finales de estas mismas, que mantendría contactos con aquellas autoridades de los países en los que se va a jugar partidos para realizar seguimientos de las situaciones ante la crisis sanitaria.

Asimismo, la UEFA posee desde el 9 de julio un protocolo del regreso del fútbol que establece los procedimientos sanitarios e higiénicos, incluso en relación con los test PCR, además de las medidas operativas que deberán aplicarse a la hora de organizar partidos pertenecientes a sus competiciones. "Dado que la situación actual es dinámica e imprevisible, tanto en lo que respecta a su epidemiología como a la naturaleza de las contramedidas impuestas por los gobiernos nacionales, el protocolo evolucionará con el tiempo y podrá actualizarse según sea necesario para reflejar los cambios en la salud pública y el entorno reglamentario", adelantó la UEFA, que, por de pronto, mantiene el plan inicial, por lo que Donostia y Bilbao permanecen firmes como sedes.