falta de competiciones que echarse a la boca, el draft de la NFL ha concitado en Estados Unidos la atención de los aficionados al deporte durante los últimos días. Poco ha importado que el evento de selección de las mejores promesas universitarias pasara de Las Vegas y las imponentes fuentes del Bellagio a los salones y sótanos de jugadores y general managers confinados, ya que la ceremonia telemática batió, y por mucho, su récord de audiencia con 55 millones de espectadores en sus tres jornadas de cobertura. Había mucha expectación por las selecciones de los New England Patriots.

La franquicia dictatorial del fútbol americano durante las dos últimas décadas afronta un proceso de reconstrucción tras la marcha a Tampa Bay del legendario Tom Brady, por lo que existía mucho morbo alrededor de sus elecciones. Estas resultaron bastante anodinas salvo en el hilarante momento televisivo en el que el genial técnico Bill Belichick dejó ante el ordenador a su perro antes de que se anunciara su elección de segunda ronda como si fuese este el encargado de realizarla, pero la polémica, y gorda, saltó en quinta ronda con un jugador que, en teoría, debería haber pasado totalmente inadvertido.

Con la elección número 159, los Patriots eligieron a Justin Rohrwasser, kicker (pateador) de 23 años de la Universidad de Marshall. Nada especialmente llamativo, hasta que en las redes sociales comenzó a hacerse viral que el jugador tiene tatuado en su antebrazo izquierdo el símbolo de The Three Percenters, un movimiento de milicia considerado en Estados Unidos de extrema derecha. Rohrwasser aseguró esa misma noche que desconocía el significado exacto del símbolo y que tenía pensado cubrírselo. Posteriormente ha ido más allá al decir que va a borrárselo, pero la polémica estaba ya servida y no solo afecta al jugador, pues pocos creen en ese desconocimiento, sino también a la franquicia, que también ha optado por el discurso de la supuesta ignorancia.

Atendiendo al exhaustivo nivel de escrutinio al que se somete a los jugadores universitarios antes del draft, tanto en lo deportivo como en lo personal, es más que dudoso que los Patriots no conocieran ese detalle sobre Rohrwasser.

The Three Percenters, cuyo símbolo es un tres en números romanos rodeado por trece estrellas en representación de los colonos que lucharon por la independencia estadounidense, es un grupo paramilitar que aboga por el derecho a poseer y portar armas y en contra de la intervención del gobierno federal en los asuntos locales. Fundado en 2008, ganó fama con la eclosión del fenómeno Obama, incluye entre sus miembros a pequeñas agrupaciones antigubernamentales y supremacistas y otorga la "ley suprema del país" a los alguaciles de cada Condado. A lo largo de su historia han provocado diversos episodios polémicos. En 2011, cuatro presuntos miembros fueron detenidos en Georgia acusados de preparar un ataque biológico, mientras que en 2017 un grupo de militantes participó en la manifestación supremacista y neonazi Unite the Right celebrada en Charlottesville y saldada con tres muertos y más de 30 heridos.

En la misma noche de su elección en el draft, Rohrwasser, que luce en su cuerpo otros tatuajes con lemas tipo Liberty or Death (Libertad o Muerte), optó por salirse por la tangente, asegurando que se hizo el tatuaje pensando que simplemente significaba apoyo hacia los militares: "Debí haber investigado más y mejor antes de poner ese símbolo en mi cuerpo". Un día después, el jugador, nacido en Nueva York, mantuvo su discurso y argumentó que se hizo el tatuaje con 18 años "porque me contaron que representaba el porcentaje de colonos que se levantaron contra los británicos. Pensé que ese era un sentimiento muy americano, muy patriota. Vengo de una familia de militares y pensé que decía mucho sobre mí porque siempre me he sentido, y me siento, muy orgulloso de ser americano". Cuando le preguntaron si alguna vez había tenido algún problema por el tatuaje, lo negó: "Jamás. La primera vez que supe con qué estaba relacionado fue en la misma noche del draft, por eso me sorprendí tanto. Estábamos celebrándolo, entré en Twitter y vi que alguien había colgado una foto mía señalando el tatuaje y relacionándome con todos esos episodios horribles como el de Charlottesville".

El nuevo kicker de los Patriots ha asegurado a todo aquel que le ha querido escuchar que la polémica generada no es más que un pecado de juventud. Primero dijo que iba a cubrirse el tatuaje para a continuación proclamar su decisión de borrárselo. "Haber puesto en este compromiso a mis familiares y amigos es algo de lo que me voy a arrepentir toda mi vida. Voy a aprender de ello porque eso no es lo que soy", ha dicho. Creer o no en su versión es ya cuestión de fe.