Las dos últimas comparecencias de Bryan Gil sobre un terreno de juego tenían su historia. Para estrenar el año, el Eibar recibió al Granada en Ipurua y sumó la victoria gracias a dos goles del andaluz. Días después, este tuvo que acudir al rescate de los suyos en el partido copero de Las Rozas, donde el cuadro armero venció en la prórroga con intervención decisiva de la joven perla. Y desde entonces, el desierto. Derrota en el campo del Levante. Eliminación ante el Navalcarnero. Y el doloroso traspié del jueves frente al Atlético de Madrid. Gil regresaba a escena ayer en Balaídos, y demostró allí que, con él sobre el verde, la película siempre resulta distinta. Marcó en el minuto 53 el gol del empate contra el Celta, y permitió así a los de Mendilibar sumar un valioso punto.

Y eso que la cosa comenzó mal en tierras gallegas, con el Celta encontrándose una carambola al poco de comenzar el partido: un taconazo de Santi Mina rebotó en Sergio Álvarez y la pelota rechazada colocó a Brais Méndez solo ante Dmitrovic. Ese fatalismo del Eibar le costó un gol, un tempranero tanto dentro de una primera parte con pocas ocasiones. Sin un claro dominador, y pese al empuje del equipo vasco durante muchos minutos, el primer tiempo avanzó sin grandes sobresaltos para los porteros. El Eibar lo intentó con un disparo lejano de Bigas; respondió el Celta con un centro de Nolito que envió Olaza al poste; minutos después, en un córner mal defendido por el conjunto celeste, llegó un mal remate de Kike García; y, cerca del descanso, probó Kike García con un tiro desviado.

Eduardo Coudet reforzó su centro del campo con Okay, quizás para tener más control. Sin embargo, el plan del entrenador quebró al inicio de la segunda mitad. Una pérdida de pelota de Okay facilitó el gol del empate del Eibar, que aprovechó el error defensivo celeste para contestar con una veloz combinación Muto-Bryan Gil. Ese fallo del conjunto gallego cerca de su área se asemeja a los que cometió contra el Betis y el Villarreal en las dos jornadas anteriores. El empate calmó al Eibar y estiró al Celta. El equipo de Eduardo Coudet adelantó sus líneas. Se apoderó de la pelota, creó peligro. El primer aviso fue un tiro desviado de Brais Méndez; luego, un centro de Olaza finalizó con un potente cabezazo a bocajarro de Hugo Mallo que despejó Dmitrovic; el portero volvió a ser determinante minutos más tarde para tapar un tiro de Brais Méndez.

El Celta no aflojó, pese a que, sin la genialidad de Iago Aspas, carece de pegada en ataque. Consiguió encerrar al Eibar, que resistió sin apenas apuros, salvo en la última acción del partido, una lejana falta colgada sobre el área guipuzcoana que, tras un cabezazo de Okay, dejó solo a Brais Méndez cerca del área pequeña para cerrar el partido con un disparo flojo. Respiraron los armeros con la ocasión marrada por el equipo local, y pudieron saborear un punto que les mantiene con dos de renta sobre el 18º clasificado. En la carrera hacia la permanencia, ganar partidos supone un gigantesco paso adelante. Pero los empates también aportan a la causa, y el de ayer en Vigo es uno de esos que pueden considerarse positivos.

El encuentro también sirvió para que Aleix García, recién llegado al Eibar, disputara sus primeros minutos con la camiseta azulgrana. En el minuto 63, y con el 1-1 ya luciendo en el marcador, el centrocampista catalán sustituyó a Sergio Álvarez para integrar la sala de máquinas guipuzcoana. García, que llega procedente de la liga rumana (del Dinamo de Bucarest), debe ahora adquirir el ritmo del campeonato español, en el que ya compitió hace dos años con la camiseta del Girona, cedido por el Manchester City.

Vestuarios. José Luis Mendilibar dio por bueno el punto sumado por su equipo, en un partido en el que volvió a marcar Bryan Gil, al que elogió porque "es su segundo año en la élite, la temporada pasada no jugó mucho, y hasta ahora no se había destacado por el gol". "Bryan nos puede dar puntos y eso es importante", comentó el técnico vasco, para quien la actuación del portero serbio Marko Dmitrovic es menos sorprendente: "Lo conocemos y sabemos lo que nos puede dar". Mendilibar insistió en la "igualdad" existente en la categoría y aclaró que su objetivo no va más allá de la permanencia: "Este año cuesta mucho ganar, hay muchos más empates que otras temporadas. ¿Quién gana dos partidos seguidos? Yo no apuesto por quedar en la mitad de la tabla, yo apuesto por dejar a tres detrás de mí". Consideró que el tanto del Celta era "evitable", admitió que a su equipo le está costando que los laterales aporten "profundidad" y subrayó que el repliegue final respondió "más al mérito del Celta" que al miedo a perder. "No nos hemos venido abajo y hemos querido seguir apretando arriba".